El viento y la pena arreciaron en la triste despedida de músico que murió en accidente
Gustavo Amaro, de 46 años, falleció trágicamente la mañana del jueves cuando una estructura que inspeccionaba se desplomó sobre su cuerpo. Se vivieron escenas de hondo pesar en sus funerales.
A las tres de la tarde con veinte minutos del sábado 11 de septiembre el viento arreciaba en la plaza de Cartagena, despeinando con inusitada fuerza las estoicas palmeras del paisaje y arremolinando los pétalos de rosas arrojados sobre el féretro de Gustavo Andrés Amaro Leiva en su último adiós.
La magia, la luz y la pasión del músico de 46 años se apagaron la fatídica mañana del jueves, cuando un accidente le arrebató la vida mientras inspeccionaba la estructura de una torre de vigilancia que cedió y lo aplastó hasta la muerte en las dunas de Cartagena.
Veinte años alcanzó a trabajar en la Dirección de Obras de la Municipalidad, cuyo alcalde Rodrigo García decretó tres días de duelo comunal por la muerte del funcionario, que fue hijo único, talentoso bajista y amigo empedernido de los que llegaron tristes y cabizbajos a despedirlo en medio de la ventolera.
Tras el oficio religioso en la parroquia de la Virgen Medianera de Cartagena, que no dio abasto para recibir a quienes llegaron al funeral de Gustavo, la carroza se dirigió al frontis de la municipalidad, donde se vivieron algunos de los momentos más tristes y emotivos de la jornada.
Dolor en municipales
Con globos blancos en sus manos, un nudo triste en la garganta y los ojos empañados por el dolor, sus compañeros de trabajo lo despidieron con un aplauso grande y lágrimas que se llevó el viento, igual que los globos que se desparramaron por la tarde triste frente al municipio de Cartagena.
Carolina Roblero, compañera de oficina de Gustavo, no pudo contener el llanto y muy acongojada dijo que "tenía un carácter muy especial, era una persona hermosa, un gran compañero que siempre nos defendía a todos, un hombre apañador que enseñaba lo que sabía sin ningún problema, siempre con buena disposición y solamente nos quedan los lindos recuerdos y la alegría de haber compartido juntos en hermosas convivencias".
Golpe repentino
Ilse Navarro, también muy apenada, recordó que su compañero de trabajo "tenía su grupo musical (Cactus Andante) que quería mucho porque le gustaba demasiado tocar el bajo. Además, era un muy buen conversador, le gustaba hablar de política, de música, tenía siempre un tema para compartir y como compañero de trabajo era mejor persona, siempre nos apoyó en todo. Este golpe es muy repentino, la forma en que murió es para no creerlo y por eso nos duele tanto".
Día triste
El alcalde Rodrigo García, también parte de la despedida, sostuvo que este fue "un día muy triste para la comuna de Cartagena, para la familia municipal, para todos sus compañeros y compañeras porque Gustavo era un funcionario con más de 20 años en nuestro municipio en la Dirección de Obras, donde deja un gran legado de vocación por el servicio público.
Sobre las sentidas muestras de cariño y congoja que tuvieron los funcionarios municipales a la hora de despedir a su compañero, el jefe comunal reconoció que este cariño surgió "por su forma de ser, no solamente en el municipio, sino que también en la comuna, y aquí se ve el cariño que la gente le ha expresado, tanto sus compañeros de trabajo como sus amigos que han llegado también de San Antonio porque además era un músico muy talentoso. Por eso estamos tan consternados con esta desgracia que nos golpea tan duro".
Luego del homenaje en frontis de la municipalidad el cortejo de Gustavo Andrés Amaro Leiva circundó la plaza de Armas y enfiló rumbo al cementerio Parroquial de Cartagena donde el profesional de 46 años y destacado bajista de Cactus Andante fue finalmente despedido.
20 años trabajó Gustavo Amaro en la Municipalidad de Cartagena.