por Daniel Moraga Martínez, máster en Comportamiento no Verbal y Detección de Mentiras.
Louis Pasteur resalta en sus escritos lo siguiente: "en el campo de observación la oportunidad sólo favorece la mente preparada". Esto quiere decir que la observación es una habilidad que puede ser desarrollada a través de la práctica.
Asimismo, Hernández (2006) en su "Manual para la Detección del Delincuente y Sospechoso", sostiene que la percepción humana "es nuestra forma de relacionarnos con el entorno, de descubrir lo que ocurre en el mundo exterior es a través de la percepción, ella se encarga del reconocimiento, identificación e interpretación de las sensaciones".
Como seres humanos, debemos estar permanentemente en un estado de observación (generando consciencia de lo que vemos), a través de la atención y la percepción, ambas nos permitirán analizar el Comportamiento No Verbal de las personas en determinado contexto y entorno en que nos encontremos. Este proceso lo generamos a través de nuestros sentidos (la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto), que responden a varios estímulos, ya sean externos, internos, consciente e inconscientes, los cuales se transforman en una emoción tales como miedo, rabia, alegría, asco, tristeza, desprecio, entre otras. Todas ella nos permiten poder actuar en consecuencia y por tanto gestionarla a nuestra conveniencia.
Cuando hablamos de observación, debemos tener presente la atención como una conducta o comportamiento habitual hacia las personas que se encuentran a nuestro alrededor.
Es aquel punto de partida donde podemos captar la mayor cantidad de detalles, a través de sus canales expresivos (posturas, gestos, proxémica, oculésica (mirada), háptica (tacto), expresiones faciales y apariencia).
Estos verdaderos detalles, señales o conductas se transformarán en un estímulo externo y/o interno; el cual, según el Dr. Moacyr Ely Menéndez (2019), serán procesado por nuestros cerebros reptilianos y límbicos que son los que nos permiten tomar casi el 85% de nuestras decisiones y luego a través de nuestro cerebro neocórtex (razón) el restante 15%.
Asimismo, Daniel Kahneman (2019) en su libro "Pensar rápido, pensar despacio", señala que tenemos en nuestro cerebro "dos sistemas; el Sistema 1 opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario. El Sistema 2 centra la atención en las actividades mentales esforzadas que lo demandan, incluidos los cálculos complejos". Asimismo, podemos cometer algunos errores en la toma de decisión, producto de nuestros sesgos cognitivos; por ejemplo, la falta de información (no analizar el entorno) y valorar más a las personas agradables que a las personas antipáticas (estrategia que utiliza la persona del engaño).
Como lo demuestra la gráfica 1, la mochila pasa a ser estímulo visual interesante para las personas que se encuentran en la mesa ubicada al costado derecho, de las personas que se encuentran trabajando en su computador. La atención y el interés de la mochila para estas personas, se focaliza en la percepción de que puede tener en su interior dinero y/o bienes de valor para ellos y por tanto les motiva la acción de ser hurtada.
Por lo tanto, debemos entender que nuestra atención estará supeditada a las tareas o funciones que estemos realizando, sin embargo, en fracciones de segundo podremos atender y percibir un nuevo estímulo, en este caso un estímulo externo dado por la presencia y preguntas de la persona que se acerca a la mesa (engaño), que nos hará despreocuparnos y descuidarnos de nuestro entorno, como así también nuestros bienes (mochila).
Consecuente con lo anterior, la pérdida de atención de la pareja del computador, es aprovechada por una segunda persona, que en concomitancia con el sujeto que efectúa la preguntas (engaño), realiza la sustracción de la mochila que estaba sostenida en la silla.
Cabe señalar que la observación es una habilidad susceptible de aprender, conjuntamente con la atención y la percepción. Lo anterior, permitirá tener presente en todo momento nuestro entorno y percibir los detalles del comportamiento no verbal con quien interactuamos, y finalmente, poder adoptar las medidas de seguridad de resguardo personal y familiar. Es esta habilidad de vital importancia para quienes apoyan y cumplen roles de seguridad.
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