El matrimonio que vio en la pandemia una oportunidad para reinventarse
Lis y Luis tenían dos emprendimientos que sufrieron los efectos del covid. Quedaron sin trabajo, pero lejos de echarse a morir buscaron nuevos horizontes que les permitieron salir airosos de la crisis.
Lis Saavedra (32 años) y Luis Contreras (33) son de Santo Domingo. Ambos se conocieron en 2003 cuando eran compañeros de curso en un colegio de la comuna. Se hicieron amigos, muy amigos, pero el 2004 perdieron la comunicación porque ella se fue a vivir con su familia al norte, específicamente a Iquique.
Sin embargo, el destino quiso que se reencontraran nuevamente y eso ocurrió una década después. El 2014 volvieron a verse las caras y empezaron a pololear. Luego se casaron y, como si esto no fuera suficiente, comenzaron a trabajar juntos en su proyecto Alaska.
Pescados y mariscos
Lis explica que "nuestra propuesta era buscar la mejor calidad de pescados y mariscos para ofrecerlos a restaurantes turísticos gourmet. Nuestro fuerte siempre fue el sector de Matanzas (en la vecina comuna de Navidad)".
Decidieron crear este negocio porque Lis es ingeniera en pesca y acuicultura, además de que toda su familia siempre ha trabajado en el mar. Entonces, quería aprovechar esos conocimientos y complementarlos con las habilidades y experiencia en comercio que tenía Luis y que había heredado de su padre.
Además cuando eran bien jóvenes, este matrimonio se la jugó por tener otro emprendimiento llamado Cascanueces. Consistía en un centro de entretención infantil para niños menores de nueve años, donde se hacían talleres y cumpleaños privados.
Nació primero en Llolleo, cerca de la plaza La Estrella, y luego se mudaron a la Carretera de la Fruta, en Santo Domingo. "Era muy lindo pero lamentablemente nos robaron mucho y decidimos instalarlo en nuestra casa. Teníamos una bodega bastante amplia, así que la readecuamos y quedó precioso", cuenta Lis.
Nuevos aires
Los dos emprendimientos de este joven matrimonio marchaban bien hasta que llegó la pandemia.
Lis recuerda que "Cascanueces quedó absolutamente sin movimiento, paralizado hasta ahora y Alaska (Instagram: D__ALASKA_ ) se vio muy golpeado también. Quedamos realmente sin trabajo".
Fue en julio del año pasado cuando se les ocurrió la idea de abrir Alaska al público en general, y ya no solo a restaurantes. "Empezamos a difundir la corta lista de productos que teníamos disponible e inmediatamente fue muy buena la reacción de nuestros clientes", afirma Lis.
Ubicados en el sector Huertos de Chile, en Santo Domingo, abren de lunes a sábado y tienen despacho a San Antonio, Cartagena y Matanza algunos días a la semana.
-¿Cuál es el sello de Alaska?
-Nosotros nos esforzamos mucho para buscar una buena calidad de los pescados y mariscos. Todos nuestros productos tienen certificación. Además trabajamos con productores que no se encuentran en la zona, como los ricos erizos del norte, langostas de Juan Fernández, mero o bacalao, trucha arcoíris, breca, langostinos patagónicos, entre otros.
Por estos días cuando la normalidad de a poco retorna a nuestras vidas luego de la pandemia, Alaska volvió a trabajar con restaurantes sin dejar a sus clientes. Incluso tienen algunos productos al por mayor para clientes como anillos de calamar, camarones de distintos calibres, tilapia y salmón.
Unidos en todas
Esta pareja tiene tres hijos: Antonia (14), Febe (10) y Vicente (5) y el emprendimiento está instalado en su propio hogar.
-¿Cómo ha sido conciliar el trabajo con el cuidado de los hijos?
-Contamos con una red de apoyo muy pequeña. Por lo que al principio fue muy complicado acostumbrarnos. Andábamos corriendo para arriba y para abajo pero ya logramos coordinar y separar las cosas. Tener nuestro negocio en casa nos ha favorecido bastante.
-¿Y cómo es trabajar con el marido y estar juntos 24/7?
-Trabajar juntos ha sido una buena estrategia para llevar nuestras vidas. Cada uno tiene sus roles, somos un súper buen equipo en el ámbito laboral y familiar. Nos ayudamos y apoyamos, porque después de todo, lo hacemos por nosotros mismos. Obvio que no estamos de acuerdo en todo pero sabemos resolver los pequeños percances que aparecen. Si yo no estoy, está Luis, o si él no está, estoy yo. Con el tiempo hemos logrado una buena organización
Para Luis y Lis vivir en Santo Domingo es un privilegio. Son enfáticos en decir que "nos encanta vivir y trabajar acá". Aprecian mucho el poder conectarse con la naturaleza, con los pajaritos, las flores y plantas que encuentran. Se declaran unos amantes del puerto de San Antonio de noche y su lugar favorito, por lejos, es El Convento, hasta donde llegan frecuentemente en familia para disfrutar de los diferentes paisajes que ofrece esta localidad rural de la comuna parque.
Lis, junto a sus dos hijas, participan del club de hockey de Santo Domingo lo que las hace muy feliz porque comparten lindos momentos juntas mientras practican deporte.
Futuro cercano
Este matrimonio tiene claro que la pandemia finalmente les jugó una buena pasada porque a pesar de los meses de angustia que vivieron, lograron ampliar su cartera de clientes y salir adelante en medio de estos tiempos difíciles.
"Alaska nos hace muy feliz porque las personas que consumen nuestros productos vuelven siempre, nos llaman y envían mensajes de felicitaciones", cuenta con orgullo Lis.
-¿En qué están enfocados ahora?
-Hoy estamos muy entusiasmados porque estamos trabajando en cumplir con todas las medidas sanitarias para abrir "Cascanueces" en noviembre. Este es sin lugar a dudas un emprendimiento familiar porque participamos todos. Nuestros hijos son los más felices y son los encargados de dar la última palabra en diversión. En Alaska nuestro principal objetivo es crecer lento pero seguro para no perder la familiaridad con nuestros clientes.
"Nosotros nos esforzamos mucho para buscar una buena calidad de los pescados y mariscos. Todos nuestros productos tienen certificación",
Lis Saavedra
"Andábamos corriendo para arriba y para abajo pero ya logramos coordinar y separar las cosas. Tener nuestro negocio en casa nos ha favorecido bastante",
Lis Saavedra
"Trabajar juntos ha sido una buena estrategia para llevar nuestras vidas. Cada uno tiene sus roles, somos un súper buen equipo en el ámbito laboral y familiar. Nos ayudamos y apoyamos",
Lis Saavedra