Exitoso trasplante de algarrobino: "Este milagro es el regalo más lindo"
Claudio Navarro (23) se convirtió en prioridad nacional para un trasplante hepático y justo apareció un donante. Ahora el joven se recupera satisfactoriamente.
"Unas tres horas antes de la operación pude entrar a verlo y le dije que nos había costado, que había sido un camino difícil, pero que al fin había llegado su trasplante y que se iba a recuperar. El día anterior él no se movía, ni siquiera podía apretar las manos, pero cuando le dije que había llegado el trasplante me apretó fuerte la mano y empezó a respirar más rápido, entonces sentí que tenía una alegría enorme y supe que todo iba a salir bien".
Así parte la conversación con Camila Aravena Martínez, la pareja del operario de maquinarias de Algarrobo, Claudio Navarro Campos, cuya historia publicamos el martes 14 de diciembre cuando el joven de 22 años estaba en riesgo vital y se había convertido en prioridad nacional para un trasplante de hígado.
En estado crítico y con ventilación mecánica, al momento de la publicación Claudio estaba en el número 2 de la lista nacional de urgencias y a las pocas horas, debido al deterioro progresivo de su condición, se convirtió en el número 1; ante la angustia y desesperación de su familia.
Y fue entonces cuando ocurrió el milagro.
A través del teléfono Camila traspasa optimismo, el tono de su voz tiene un color diferente y sus palabras surgen llenas de energía para relatar que es portadora de "súper buenas noticias porque se cumplió (el jueves) una semana desde que Claudio fue trasplantado. La última vez que hablamos estábamos muy angustiados a la espera del trasplante, esperando un donante y el jueves 16 nos llamaron porque había un posible donante, estábamos en Algarrobo cuando nos avisaron y nos fuimos volando a Santiago para firmar todos los documentos porque un trasplante en un paciente crónico ya es difícil, pero para un caso como el de Claudio que estaba en estado crítico en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) era más complejo todavía".
Cuando recuerda el jueves 16 de diciembre, el día del trasplante, Camila Aravena suspira hondo y por un instante su voz se parece a la voz que conocimos cuando Claudio Navarro se aferraba con todas sus fuerzas a la vida.
"La operación duró más de seis horas y fueron las horas más largas de mi vida, para todos los que estábamos con él fui muy difícil ese momento porque el tiempo no pasaba nunca y las puertas del pabellón se habrían a cada rato, hasta que alrededor de las dos y media de la madrugada salió el cirujano para decirnos que la operación había salido bien, que el hígado se había puesto a funcionar inmediatamente, que Claudio tenía buen pronóstico", cuenta la joven algarrobina con emocionante entusiasmo.
Alivio
Según Camila, desde el momento en que fueron notificados como familia que "la operación había salido bien tuvimos un alivio y lo mejor es que todos los días Claudio ha ido mejorando. De ahí en adelante todo ha sido bueno, ya lo extubaron, (retiraron respiración mecánica), no necesita oxígeno y de a poquito ha empezado a mover las manos, las piernas, ya podemos ver que se está recuperando".
-Ustedes en la familia ¿a qué atribuyen todo lo que ha pasado, porque la última vez que hablamos la situación era muy diferente?
-Creo que esto fue obra de Dios, pensamos que esto fue un milagro. Todas la oraciones que hicimos, la energía que se movió y claro, todas las gestiones que se hicieron para conseguir una cama y llegar a que pudiera estar en la lista, pero de ahí en adelante ya no hay nada que dependa de uno porque pueden pasar meses sin que aparezca un donante y en una semana, cuando estaba más mal apareció el donante. Es un milagro porque no estaba en nuestras manos que surgiera un donante y el órgano llegó en el momento justo, porque si Claudio se agravaba no habrían podido trasplantarlo, de hecho cuando hablamos Claudio era número 2 en la lista y al otro día pasó a ser primero en la lista nacional, todo eso pasó en una sola semana".
La compañera de Claudio Navarro Campos no se guarda ningún agradecimiento y con rotunda certeza cuenta que la suya es "una familia completa que volvió a la vida porque fueron semanas de incertidumbre, de mucho miedo, de llanto, y ahora que sabemos y vemos a Claudio que está mejor hemos vuelto a vivir", aseguró la joven.
"Solamente quisiera dar las gracias a toda la gente que nos rodeó con sus oraciones, las personas que nos apoyaron, los médicos y cada uno que vivió con nosotros este proceso; incluso ustedes que nos han apoyado en la difusión de la historia de Claudio. Y si por alguna casualidad la familia de la persona que fue el donante llega a leer esta entrevista quiero agradecerles de todo corazón porque este milagro que nos dieron es el regalo más lindo que nos pudo dar la vida, porque nos regalaron vida".
Camila Aravena Martínez habla con la madurez que da el tránsito por una experiencia tan fuerte como la suya; habla también con la alegría de quien ha recibido un regalo de esos que se guardan para siempre en el corazón.
Porque tras recorrer los oscuros pasillos de la muerte, a sus jóvenes 23 años, Claudio Navarro Campos recibió una oportunidad que para muchos es esquiva y por eso hoy -junto a sus seres queridos- simplemente le da gracias a la vida.
"Es un milagro porque no estaba en nuestras manos que surgiera un donante y el órgano llegó en el momento justo",
Camila Aravena