Los delfines vuelven a la costa de San Antonio para quedarse
El espectáculo que han dado estos animales no es inédito. La costa central es su hábitat, pero habían desaparecido por culpa de la pesca de arrastre en la zona.
Ayer, cerca de las 11 de la mañana, mientras José Luis Brito Montero estaba al teléfono con Diario El Líder, recibía reportes de un grupo de delfines que se paseaba por la costa de San Antonio.
Desde mediados de diciembre estos animales marinos han dado decenas de espectáculos en el borde marino del Litoral de los Poetas.
Es un fenómeno cada vez más frecuente, pero que nunca debió dejar de existir.
No están acá por coincidencia. Este es su hábitat y han vuelto para quedarse.
La pesca de arrastre tuvo décadas, fundamentalmente entre los 70 y 90, para prácticamente borrarlos del mapa. Casi lo consiguen, pero parece que ahora ellos tienen la última palabra.
Se calcula que hay una población de entre 50 y 150 "calderones grises", que son parte de los 17 tipos de delfines que pueden ser vistos ocasionalmente en la provincia de San Antonio.
Uno de los más comunes en esta zona era el "delfín chileno", que habita desde Valparaíso hasta el Cabo de Hornos. Hoy -en peligro de extinción- está dejando su antiguo hábitat a los "calderones grises", que se han paseado cómodamente por las aguas de Chile Central.
Al igual que los "nariz de botella", otro tipo de delfín avistado en San Antonio, "aparece y desaparece constantemente en la bahía, donde se alimenta y luego sale a la parte oceánica por un tiempo breve para volver", según cuenta José Luis Brito Montero, director del Museo de Historia Natural e Histórico (Musa) de San Antonio.
Hasta ahora la evidencia apunta a que se están "arranchando" en la zona o que son "semirresidentes". Comen, viven, juegan y de paso dan un buen entretenimiento para los seres humanos, quienes los miran con asombro desde embarcaciones o playas.
Pero los humanos, así como los desterraron una vez en el pasado, pueden volver a hacerlo.
"Hoy estos delfines están cada vez menos temerosos a las embarcaciones, lo que puede ser peligroso para ellos, pero hay conductas que pueden ser aún más peligrosas, como las agresiones deliberadas en su contra, que los capturen, maten o molesten", apunta Brito.
La ley está de su parte dice el experto.
"Hay una norma de la Subsecretaría de Pesca que establece que las embarcaciones se deben mantener a una distancia mínima de 50 metros de los cetáceos menores o de 100 a 150 metros de las ballenas dependiendo de su especie", explica.
En caso de agresiones se debe reportar a las autoridades marítimas (Capitanía de Puerto, Directemar) o al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).
"Durante los últimos años hemos visto crías, lo que todo apunta a que crecerán rodeando esta zona y finalmente no sean algo inusual, sino que más bien común como alguna vez lo fue. Lo que pasa es que quienes tienen 30, 20 o menos años nunca supieron que los delfines eran parte de la costa de San Antonio", dice el director del Musa.
"Por el contrario, -agrega- crecieron aprendiendo que acá no habían, pero los hay, están volviendo por muchas razones, como de alimentación o de espacio y tenemos que hacernos cargo de cuidarlos".
José Luis Brito, que es un referente sanantonino obligado cada vez que se avista un animal poco común en la zona, aprovechó de descartar algunas "teorías locas" que llegaron a sus oídos en los últimos días.
"Esto es un fenómeno natural, que tiene varias explicaciones como hemos dicho, han causado un deleite maravilloso para las personas que solo los habían visto en televisión o en documentales; pero no tienen ninguna otra explicación. No es por problemas oceánicos ni tampoco están acá anunciando malos augurios, que son dos cosas que escuché y es importante descartarlas enfáticamente", finalizó.
"Todo apunta a que crecerán rodeando esta zona y finalmente no sean algo inusual",
José Luis Brito,, Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio
50 a 150 delfines "calderones grises" andan por la costa de la provincia.