la cocina de don tinto
Camarones para todas y todos
Se ha mencionado en este mismo espacio años atrás. Salvo los alérgicos -y alguno que otro mañoso que nunca falta- no existe gente a la que no le gusten los camarones. Podrán ser más o menos fanáticos de este crustáceo, pero la verdad es que encontrar a alguien que los desprecie es prácticamente imposible. De hecho, está lleno de gente que no come ningún producto del mar… salvo camarones. Y ni hablar de los niños, que se los devoran y no dejan ni medio en el plato. Así las cosas, vale la pena saber un par de cosas sobre los camarones. Primero, que lo ideal sería comprarlos frescos. Pero claro, eso solo puede ser posible en zonas camaroneras como, por ejemplo, Coquimbo y La Serena. De lo contrario, no queda otra que comprarlos congelados en supermercados y pescaderías. Pero ojo, si los van a comprar así, por favor que vengan crudos. Es decir, de un color gris intenso. ¿Por qué? Porque así nos aseguramos que su cocción se haga en su punto justo y con nuestros aliños predilectos, para así tener un producto final de mucha mejor calidad. Porque se sabe que, más allá de la textura, el sabor del camarón es mínimo, por lo que el aliño y/o la salsa que lo acompañará en el plato hacen la otra parte de la pega. Pero ahora viene la otra parte. ¿Cómo comerse los camarones? Afortunadamente las opciones son muchas, lo cual se agradece sobre todo en los casos de quienes no comen otro producto del mar. Y la lista es larga. Pueden ir en guisos o paellas, en sopas o arroces fritos, también simplemente cocidos y luego untados en salsas o usados en un ceviche. Y así, suma y sigue. También se pueden pinchar en una brocheta y asar a la parrilla. O como en la receta de hoy, pasados por pan rallado, fritos y con una salsa agridulce. Al final, cómanlos como quieran.
Ingredientes
(Para cuatro personas)
-40 camarones crudos y pelados
-2 tazas de harina
-2 tazas de pan rallado
-2 huevos
-¼ de atado de perejil fresco recién picado
-6 cdas. de aceite de maravilla
-2 cdas. de salsa de soya
-1 cda. de miel
-1 cda. de vinagre blanco (si es de arroz, mejor)
-sal
-pimienta
-aceite de maravilla
Camarones apanados con salsa de soya y miel
Batir los huevos en un bowl, agregar una pizca de sal y pimienta, algo de perejil rallado, revolver y reservar. Disponer en un plato amplio la harina y en otro similar hacer lo mismo con el pan rallado. A continuación, pasar cada camarón primero por harina, luego por el huevo y finalmente por el pan rallado procurando que queden totalmente cubiertos de pan. Después, disponer todos los camarones en un plato y llevar al refrigerador por media hora. Mientras tanto, armar la salsa mezclando el aceite con la salsa de soya, la miel y el vinagre. Batir bien hasta que se forme una salsa medianamente espesa y reservar. Por último, sacar los camarones del refrigerador e inmediatamente freír en abundante aceite caliente. Una vez dorados, pasar por papel absorbente y luego servir acompañados de la salsa.
por Álvaro Peralta / @dontinto