La nutricionista deportiva que hace entrenamientos de forma virtual y vende suplementos
Pamela Sepúlveda tiene empuje, garra y ánimo de aprender. A los 18 años dejó la zona y se fue sola a Concepción a estudiar Nutrición. Allá descubrió el mundo de las clases grupales de fitness y al poco andar se convirtió en instructora.
Por estos días hablar de nutrición y de deporte está de moda. Pero para Pamela Sepúlveda Gutiérrez (33 años) estas pasiones la acompañan desde niña y se transformaron en un estilo de vida.
La Pame, como le dicen sus cercanos, vivió toda su infancia y adolescencia en la zona. Primero en Llolleo y luego en Santo Domingo. Hija de dos destacados médicos cursó parte de la enseñanza básica en el colegio Gabriela Mistral y luego terminó sus estudios en el colegio Maitenes de Melipilla. "Toda mi infancia y la adolescencia la viví aquí y fui tremendamente feliz", recuerda.
Desde pequeña sus padres la motivaron a practicar diferentes tipos de deportes como: natación, bicicleta y gimnasia artística. El bichito la picó y el amor por el deporte fue creciendo.
Al salir del colegio se vio enfrentada a la disyuntiva de qué carrera estudiar y eligió Nutrición y Dietética porque quería contribuir a mejorar la calidad vida de las personas a través de su alimentación. Armó sus bolsos y se fue a vivir sola a la ciudad de Concepción pues había sido aceptada en la Universidad de Concepción.
-¿Por qué elegiste esa ciudad?
-Porque mi padre estudió Medicina allá y me recomendó ir. No sólo por ser una gran universidad sino por el ambiente universitario que entrega muy buenas experiencias.
-¿Cómo fue esa experiencia de estar lejos de tu familia?
-Fue una gran experiencia. Conocí a uno de mis mejores amigos y creo que lo más importante es que aprendí a vivir sola y arreglármelas sola en todo.
Cuando estudiaba Nutrición en la ciudad penquista decidió inscribirse en un gimnasio para poder practicar deporte. Sin quererlo encontró en este lugar un mundo paralelo al que ella vivía rodeada de personas y afectos genuinos, que se convirtió en su refugio en medio de la soledad.
Cuenta que "ahí conocí las clases de fitness grupal y eso me abrió las puertas para conocer los programas de entrenamiento que yo hoy en día hago. Fui tanto tiempo alumna que los profesores me incentivaron a tomar cursos para que yo empezara a transformarme en instructora de diferentes programas".
Pamela tomó el consejo y al poco tiempo se convirtió en instructora. No satisfecha con eso se propuso ser entrenadora de la disciplina lo que significa que ella elabora los módulos de certificación para aquellos que quieren ser parte del programa.
La mezcla perfecta
Pamela cuenta que al descubrir esta nueva realidad se le fueron abriendo puertas. Se hizo fanática de este tipo de entrenamientos y se dio cuenta de que le fascinaba moverse, ejercitar y ver cómo la alimentación mejoraba los objetivos personales y el rendimiento en las sesiones de práctica.
Entonces cuando terminó su carrera decidió hacer varios diplomados para especializarse aún más. Uno de ellos fue de personal trainer y otro de suplementación deportiva.
No satisfecha con esto optó por cursar el magíster de Nutrición Deportiva en la Universidad Mayor ya que había encontrado el rumbo profesional que tanto anhelaba. Explica que: "Ahí potencié al máximo mis conocimientos en relación al entrenamiento y a la nutrición. Pues es la dosis perfecta entre ambos: potencia la salud, la masa muscular, el metabolismo, la activación cerebral, el sistema inmune, entre otros."
Vuelta al ORIGEN
Luego de cinco años, cuando terminó Nutrición y Dietética en la Universidad de Concepción Pamela decidió migrar nuevamente pero esta vez eligió la capital. Eligió Santiago pensando que allá estarían las mejores oportunidades laborales.
El sacrificio siempre ha sido parte de su vida y la Pame tenía una rutina bien exigente. "Yo salía a la cinco de la mañana y volvía a las once de la noche. Era muy sacrificado porque las personas entrenan en esos horarios: muy temprano, a la hora de almuerzo o en la noche. Fueron muchos años así, lo que generó un desgaste", explica.
A esto hay que agregar que Pamela sentía que la remuneración por su trabajo no era buena y que sus empleadores no valoraban lo que ella hacía y su esfuerzo. Estaba viviendo este escenario cuando llegó la pandemia y terminó una relación amorosa: "No pude más con la ciudad. No me acostumbré", explica.
Fue ahí cuando sus padres le ofrecieron volver a su casa en Santo Domingo y sin pensarlo Pamela aceptó. "Siempre he sido de acá, a mí me gusta mucho respirar aire puro, la playa. Necesitaba volver a lo que me gustaba desde chica y ha sido una experiencia fantástica. Lo que necesitaba", afirma.
Este cambio provocó que Pamela ofreciera todas las clases que antes hacía de forma presencial en modalidad online, lo que ha traído solo consecuencias positivas. Por ejemplo siente que se valora mucho más su esfuerzo y dedicación. Sus entrenamientos han sido un verdadero boom y tiene gente de todas partes de Chile e incluso del extranjero como Australia y Suiza.
Servicios
Dentro de los servicios que ofrece está la alternativa de hacer clases online y ella misma se asegura de entregarte todos los implementos necesarios (como mancuernas y bandas elásticas, por ejemplo) si vives en Santo Domingo o alrededores. Para que no existan excusas a la hora de entrenar.
-¿Cómo fue tu llegada a la zona?
-Maravillosa en términos personales y también profesionales. Estando acá me di cuenta que faltaba en Santo Domingo algo como lo que yo quiero ofrecer. Está llegando harta gente joven y familias y me encantaría ofrecerles Les Mills, clases grupales de forma presencial en un estudio de fitnnes. Es un proyecto a largo plazo.
Paralelamente Pamela está trabajando en la venta de suplementos deportivos que quiere ofrecer para las personas de Santo Domingo y alrededores a través del Instagram @suplementos_santodomingo
-¿Por qué decidiste emprender en esto?
-Porque la suplementación sirve mucho a las personas, no tan sólo a quienes entrenan sino también a adultos mayores que tienen un déficit de masa muscular muy grande y que ven con dificultad el consumo de proteínas. Por eso mi interés de traer suplementos deportivos para mejorar la calidad de la alimentación de las personas que lo deseen. Me gusta intervenir de forma positiva en la vida de las personas.
Los suplementos y ayudas ergogénicas están organizados en cuatro grupos: proteínas (animales y veganas), pre entrenamiento, pre hormonales y termogénicos. Pamela explica que los suplementos de proteína ayudan a lograr los requerimientos diarios y con ello una óptima función hormonal, función enzimática, movimiento de nuestro cuerpo, mejor sistema inmune, prevenir sarcopenia,etc.
Entre los consumidores de estos productos encontramos a personas que entrenan y que por ejemplo tienen una rutina muy exigente y necesitan llevar su batido o barra de proteína para cumplir con su consumo mínimo o personas que no tienen tiempo para alimentarse correctamente y corren de un lugar a otro sin poder cocinar.
-¿Cuáles son los beneficios de estos productos?
-Estos productos están certificados por muchas entidades y entre otras cosas lo que esto significa es que lo que dice la etiqueta nutricional es lo que contiene. Para mí es muy importante que se le hayan hecho estudios y hayan sido evaluados los distintos suplementos.
-¿Qué significa para ti el deporte en tu vida?
-Significa amor propio, libertad, fortaleza, alegría y calidad de vida.
- ¿Qué esperas en el corto plazo?
-Espero quedarme acá y seguir creciendo para poder cambiar la vida de las personas. Que exista una buena calidad de vida a pesar de que pasen los años.
"Fui tanto tiempo alumna que los profesores me incentivaron a tomar cursos para que yo empezara a transformarme en instructora de diferentes programas",
Pamela Sepúlveda.
"Yo salía a la cinco de la mañana y volvía a las once de la noche. Era muy sacrificado porque las personas entrenan en esos horarios",
Pamela Sepúlveda.