La música de Bernardo O'Higgins: el repertorio del amanecer patrio
En la semana que conmemoramos el natalicio del padre de la Patria, abordamos su importante impronta musical. Chillán, Lima y Londres fueron algunas ciudades que influyeron en su formación.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
El prócer Bernardo O'Higgins Riquelme (1778-1842) tuvo una amplia y completa formación.
Primero en el Real Seminario de Nobles Araucanos, conocido como "Colegio de Naturales" de Chillán.
Sin embargo, profundizó en las artes y las humanidades, cuando a los doce años fue enviado a Lima (Perú). Ingresó al Colegio del Príncipe, continuando en el prestigioso Colegio Convictorio Carolino, le enseñaron álgebra, ciencias naturales, física, filosofía, música, etc.
Vigilado discretamente por su padre Ambrosio O'Higgins, estrecho colaborador de la monarquía española. Le encomendó a su amigo Nicolás de la Cruz y Bahamonde, noble y escritor, ser el apoderado de Bernardo en Europa. Este nuevo tutor era hermano y cuñado (respectivamente), del matrimonio de Juan Albano Pereira Márquez, comerciante, y su esposa Bartolina de la Cruz y Bahamonde, padrinos de Bernardo.
Llegó al hogar de su apoderado en Cádiz (España), el cual decidió enviarlo a Londres (Inglaterra) para que ingresara al Colegio católico para "jóvenes caballeros" de Timothy Eeles, actual Colegio Clarence House (Casa de Clarence).
Según don Antonio Yakcich Furche, historiador y presidente del Instituto O'Higginiano de Rancagua: "Fue ahí donde recibió su mejor enseñanza, de mayor nivel, se sumó a lo que había estudiado en Chillán y Lima. Aprendió inglés, francés, filosofía, geografía, historia antigua y moderna, música, dibujo, latín, griego, aritmética, contabilidad, navegación y matemáticas".
En tierras inglesas se perfeccionó en el pianoforte (instrumento musical de cuerda percutida con teclado), sumándose a su manejo de la armónica y el acordeón.
Domingo Santa Cruz Wilson, compositor e intelectual, miembro fundador de la Asociación Folklórica Chilena (Hoy Sociedad de Folclor Chileno), en un manuscrito inédito (1950), publicado por la Revista de Folclor Chileno Año I N 1, p. 15 comenta :"En 1819, un aficionado danés, Carlos Drewetcke, hizo ejecutar una sinfonía de Beethoven (en vida de éste), en la fiesta del cumpleaños de doña Rosa O'Higgins, hermana del director supremo".
Ese mismo año dispuso la creación del primer himno nacional con texto del abogado argentino nacionalizado chileno, Bernardo de Vera y Pintado, y música del violinista chileno Manuel Robles Gutiérrez. Se estrenó oficialmente en septiembre de 1819.
Una serie de personajes icónicos para la música del siglo XIX compartieron con O'Higgins, entre ellos José Zapiola Cortés, el peruano José Bernardo Alzedo y Retuerto, por mencionar algunos.
De los homenajes musicales póstumos al libertador destacamos: Himno a O'Higgins (1872) de Zapiola; Marcha triunfal en conmemoración del Benemérito capitán general don Bernardo O'Higgins (1878) de Guillermo Wetzer Ecker; Himno a don Bernardo O'Higgins (1946) de Darwin Vargas Wallis; Bernardo O'Higgins: epopeya lírica en tres partes (1951) de Remigio Acevedo Raposo, compositor y miembro fundador de la Asociación Folklórica Chilena.
Dos entidades manifiestan poseer su mítico piano, el Museo Regional de Rancagua, y el Museo de Colchagua (en voz mapuche, lugar de renacuajos) en Santa Cruz, Región de O'Higgins.