(1ero)
En el año 2017 se descubrió que tenía las arterias del corazón, en la rama izquierda, semiobstruidas, se me derivó del consultorio al Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, con médico cardiólogo, quien ordenó se me hicieran los exámenes para derivarme a Valparaíso; en el hospital de San Antonio no pudieron hacerlos porque la máquina de ecocardiograma estaba mala, que me lo hiciera particular (clínica privada), me los hice y con ellos derivaron la atención al hospital Carlos van Buren, desde donde me llaman el 11 de septiembre 2020, para decirme que no me iban a atender, porque los exámenes me los había hecho en forma particular y no pública, como debía ser. ¿Qué culpa tengo yo que las máquinas o implementos públicos no funcionen?
(2do)
El año 2021 con exámenes públicos y privados se vio que las arterias estaban obstruidas en su totalidad en la rama izquierda, vuelta a derivarme del consultorio al Hospital de San Antonio, donde en dos semanas este año me vieron tres doctoras y la última me deriva al Carlos van Buren de Valparaíso, para que me tomen una coronariografía y ver si se pueden destapar estas arterias coronarias. Me llamaron de la capital regional citándome para el 4 de agosto a las 08.00 con cardióloga, la médico me examina y dice que no me van a hacer ningún procedimiento, porque primero me tiene que dar un infarto. Las preguntas que me hice: ¿Y si me da un infarto fulminante?, ¿ me atenderán en el hospital o el cementerio? ¿Qué saco, según las Constituciones, con tener salud pública, gratuita, estar en el Auge, GES si no nos atienden? Trabajé 47 años e impuse más de 40 en salud, y ¿para qué? Para quedar abandonados a su suerte. Entiendo, sale más barato morirse: No hay gastos en pensiones; no hay gastos en bonos; no hay gastos en remedios y consultas médicas en consultorios u hospitales; no hay gastos en cirugías mayores o complejas. Los adultos mayores somos solo gastos, no somos inversión. El pago de Chile, a quienes trabajamos toda una vida.
Ángel Parra Sepúlveda