La técnico en enfermería que decidió hacer un brusco cambio en su vida
Pilar Palominos dejó su trabajo en el área de la salud, se reencontró con un amor de la juventud, volvió a estudiar y ahora se dedica a la podología.
Cuando Pilar Palominos se tituló de técnico de nivel superior en enfermería (Tens), su familia se alegró tanto como ella. Sin embargo, luego de ejercer por algunos años en diferentes establecimientos de salud, esta vecina del sector céntrico de San Antonio comenta que no estuvo de acuerdo con algunas situaciones que se hicieron frecuentes en su trabajo y prefirió partir de cero.
Su alegría y optimismo le jugaron a favor para reinventarse y lograr su objetivo de hacer lo que la hace feliz y contribuir a mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
"Como Tens ejercí dos años aproximadamente. Trabajé en el hospital, en un Cesfam, en una diálisis, cuidando abuelitos y en un hogar de ancianos. Me retiré por una mala experiencia laboral que tuve en el hospital y no quise perder mi sensibilidad humana", confiesa sobre el detonante que la hizo cambiar de actividad.
"En un momento eso me hizo sentir frustrada porque mi familia estaba feliz de que yo fuera Tens y de que trabajara en el hospital, pero cuando estaba sintiendo en mi corazón que no era lo que yo quería y que no iba a poder seguir, preferí dar un paso al costado", reconoce la sanantonina.
-¿Qué hiciste después de renunciar al hospital?
-Decidí estudiar podología. Me gustó porque había conocido a una podóloga que atendía a mi mamá y que era muy antigua en esto. Siempre que iba me sentaba a mirar cómo trabajaba, aprendí mucho de ella. Terminé de estudiar y empecé de inmediato a trabajar de manera independiente.
-¿Te sirvieron los conocimientos que ya tenías?
-Sí, en el fondo rescato de mi parte como técnico en enfermería que obtuve muchos conocimientos para trabajar como podóloga, entonces no me costó nada. Para mi la podología es algo que debería haber estudiado antes, es algo tan innato en mí que creo que podría cortar las uñas con los ojos cerrados. Es una carrera que me ha dado muchas satisfacciones en mi vida.
-¿Tu familia te apoyó cuando les planteaste tu decisión?
-En mi familia siempre nos hemos apoyado entre todos. Somos cuatro hermanas, mis papás, sobrinos y todos somos aperrados. Si uno quiere tomar una decisión, aunque se equivoque, vamos a ayudarlo, y si hay que recogerlo con cucharita, también vamos a estar ahí hasta que se vuelva a poner de pie.
-¿Cómo partiste en la podología?
-Llevo nueve años aproximadamente. Trabajé durante dos años en el Cesfam de Bellavista como podóloga, pero me retiré porque sentía que esta área en la salud pública está dentro del programa de los diabéticos, entonces sólo podía atender a esos pacientes. Tenía turnos solo en la mañana de 8 a 14 horas, cuatro días a la semana, pero en ese horario podía atender a 20 personas. En ese tiempo estuve con tendinitis y se quemó mi casa, entonces estaba súper complicada.
-¿Cómo se quemó tu casa?
-El incendio fue hace tres años. Me pasó por ambiciosa. En ese tiempo yo estaba trabajando en el consultorio y mi hijo, estudiando. Le propuse a mi papá irme a vivir con él y arrendar mi casa. El problema fue que el arrendatario era drogadicto y me quemó la casa. Me acuerdo de que me llamaron para avisar y cuando llegué fue terrible, se había quemado el 90% de mi casa. Fue súper complejo.
-¿Pudiste volver a levantarla?
-Sí, me ayudó mucha gente. Me demoré como seis o siete meses en reconstruirla. No es la misma casa que tenía, porque antes era más grande, pero me quedé con una casa más pequeña donde hoy vive mi hijo. Él tiene 25 años, vive con su pareja y dos hijitos.
Amor de juventud
Partir de cero para esta sanantonina no sólo se trató de iniciar una nueva carrera en lo laboral, sino que también tuvo una nueva oportunidad en el amor, junto a alguien que conoció casi dos décadas atrás.
-¿Cómo se reencontraron después de tantos años?
-Nosotros fuimos novios hace 17 años. Nos separamos porque él estaba en la marina y se tuvo que ir lejos. Hace tres años nos volvimos a encontrar. Me encontró por Facebook, nos juntamos y fue como si todos estos años hubiesen sido una pausa. Igual nuestra relación no es la misma de antes, porque él tiene dos hijas que viven con nosotros y eso me hace responsable de las niñas.
-¿Cómo ha sido esta segunda oportunidad sentimental?
-Él sigue en su trabajo de la marina. El año pasado nos tuvimos que ir a Valparaíso y me complicó porque yo tengo mi trabajo acá y tenía que viajar cada dos días a San Antonio. Entonces le tuve que decir que pidiera su traslado o con el dolor de mi corazón me iba sola, y ahora está aquí en San Antonio conmigo.