Advierten elevado riesgo de incendios para cuatro comunas de la provincia
El Tabo, El Quisco, San Antonio y Cartagena están en el listado de expertos de la U. de Chile.
Los incendios forestales no son ninguna novedad en los veranos de la zona central, sin embargo, ante la sequía y el cambio climático estos siniestros son más duraderos y difíciles de controlar.
Conaf adoptó el concepto de "incendios de sexta generación", que ya se usa internacionalmente para describir a aquellos que se prolongan días y ponen en riesgo a la vida humana.
Expertos de la Universidad de Chile identificaron 29 comunas del país que estarían más expuestas a los siniestros. El Quisco, El Tabo, Cartagena y San Antonio están dentro de esa categoría, que también ocupan las comunas de Melipilla, Casablanca, Viña del Mar y Valparaíso.
Las áreas de mayor riesgo corresponden a las rurales cercanas a núcleos de población donde han proliferado loteos o parcelaciones.
Miguel Castillo, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile y especialista en incendios, plantea que hay que prestar atención a la humedad de la vegetación.
La razón tiene que ver con las lluvias del pasado invierno, que registraron niveles por sobre lo normal para los últimos años.
"Efectivamente, este año llovió más de lo habitual en el quinquenio, es decir, en los últimos cinco años. Sin embargo, seguimos con déficit de precipitaciones (…). Nosotros hemos realizado un seguimiento de las condiciones meteorológicas asociadas a incendios y hemos llegado a la conclusión de que lluvias abundantes en primavera son un predictor del aumento de la carga de vegetación combustible en verano. Eso es un hecho", explica.
"Estamos hablando de un contenido de humedad bajo el 8%, que ya es una condición propicia para el encendido. Es decir, si acercas un fósforo, lo más probable es que si hay viento y oxígeno, se va a encender, independiente de dónde sea", detalla el profesor Castillo.
Agrega, que una de las variables fundamentales para la propagación de los mega incendios de 2017, fue la existencia de esta vegetación seca.
"Ahí vimos una alta carga de combustible, plantaciones básicamente, y algo de bosque nativo, propicio al encendido porque venían de una condición de abandono en cuanto a su manejo. Fue probado que hubo un descuido con el tema de las líneas eléctricas, pero dentro de los hallazgos determinamos también que cerca de un 70% de los incendios ocurrieron porque había mucha carga de vegetación fina, combustible que propició la propagación hacia otros sectores", indicó.
Otro factor de riesgo tiene relación con el cambio climático y la sequía que afecta con particular gravedad a la zona centro del país desde hace más de una década.
"El cambio climático está provocando que tengamos menos agua y que los bosques se sequen, lo que los hace más vulnerables a plagas y enfermedades y, en consecuencia, a los incendios", sostiene el académico de la Universidad de Chile.
"Si tú tienes un bosque atacado por polillas o por la avispa de la madera, lo más probable es que ese árbol va a tratar de sobrevivir modificando su sistema hídrico (…), pero una de las consecuencias es que parte del follaje se va a secar y, por lo tanto, va a ser más propicio a ignición", sostiene.
El experto recuerda que los incendios no van a ocurrir espontáneamente. "Es decir, puedes tener todas las condiciones de altísimas temperaturas, de baja humedad relativa del aire y vientos que se levantan, pero eso no inicia un incendio. Tal como hemos visto en años recientes, en los que se ha dado una baja ocurrencia", aclara.
"Cada región tiene realidades distintas y cada comuna responde a prioridades territoriales diferentes. Por eso, me parece que es necesario programas locales que, por ejemplo, ataquen directamente la gestión de la vegetación. La dinámica de ocurrencia de los incendios forestales no va en la misma celeridad que la política pública, por lo que recomiendo no esperar a que las autoridades nos digan qué hacer con la vegetación", plantea.
"La dinámica de ocurrencia de los incendios forestales no va en la misma celeridad que la política pública, por lo que recomiendo no esperar a que las autoridades nos digan qué hacer con la vegetación".
"El cambio climático está provocando que tengamos menos agua y que los bosques se sequen",
Miguel Castillo,, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile.