Jesús Farías Silva

La Contraloría Regional de Valparaíso "instruirá un procedimiento disciplinario (sumario) a fin de investigar las eventuales responsabilidades administrativas que pudieran afectar a los funcionarios" de la Municipalidad de Santo Domingo en la compra de un terreno donde se construirán viviendas sociales.

De acuerdo al dictamen del organismo, "la Municipalidad de Santo Domingo no proporcionó oportunamente al concejo todos los antecedentes para pronunciarse sobre la adquisición, por trato directo, del terreno (…) para la construcción de viviendas sociales" en noviembre del 2021.

El alcalde Dino Lotito manifestó que este proceso "es normal en los municipios" y que "estas son inspecciones que hace Contraloría a solicitud de cualquier vecino".

Explicó que se fiscalizó el terreno de "una piscina que compramos al poco tiempo de asumir y un terreno para viviendas sociales, donde nos estamos haciendo cargo del problema que hay. Como municipio somos pocos de los que compran un terreno para este fin".

"El de la piscina salió sin observación, fue un trato directo y argumentamos que no había un terreno así, que tenía una piscina construida y que estaba al lado de un gimnasio que ya habíamos comprado anteriormente, por lo tanto, correspondía ese tipo de compra", detalló.

"En el caso del terreno para las viviendas, la Contraloría hizo observaciones que falta argumentar respecto de las compras, las cuales existen porque fue aprobada por el concejo. Hicimos un comparativo en su momento y este era un terreno con cercanía a centros médicos, agua, aprobado por el Serviu", prosiguió.

Recalcó que "hay algunas acciones o actos administrativos que pide la Contraloría que se revise".

Indicó que la compra fue "aprobada por el concejo municipal" y que se "van a instruir estos procesos, es parte de las atribuciones que tiene Contraloría".

"En mi caso lo considero como un proceso totalmente normal. Como municipio tenemos muy pocas solicitudes de Contraloría en relación con otros municipios", acotó.

"Estamos muy tranquilos, se presentarán los antecedentes correspondientes. Un alcalde, una administración municipal, está sujeta a la fiscalización siempre y así tiene que ser", finalizó el jefe comunal.

por Abraham Santibáñez, Premio Nacional de Periodismo.

Hace tres años, en China, en Wuhan, empezó la pandemia del Covid 19. Allí mismo arrecia ahora, generando una ola impensada de protestas.

En octubre, con una impecable coreografía, Xi Jinping pareció coronarse como el nuevo emperador de China. El título no es tal, por supuesto. El último que lo llevó en propiedad fue Aisin-Gioro Puyi, nacido en 1906 en Beijing. Destinado a ser un gobernante absoluto, de niño consentido pasó a ser un adulto prisionero en su propio país, marioneta de los japoneses, culminando su existencia como jardinero en un parque público.

Xi, en cambio, representa el revés de la trama. ?

Estudió Ingeniería Química en la Universidad Tsinghua, donde también obtuvo el doctorado en teoría marxista y en educación ideológica y política. En enero de 1974 se unió al Partido Comunista. En octubre de este año fue electo sin oposición para un tercer período como presidente en el Congreso del Partido.

Pero ahora el futuro no se ve tan brillante.

La crítica situación se ha repetido en las grandes ciudades. Mediante teléfonos inteligentes, hay quienes se organizan para continuar con las protestas contra las duras medidas ante el Covid. Están conscientes del riesgo que corren al usar los celulares. La policía, según las agencias noticiosas occidentales, realiza detenciones al azar para revisar teléfonos y acusarlos como "agentes extranjeros".

El estallido dejó en evidencia el cansancio ante los prolongados confinamientos. Pero hay más. Según los corresponsales, este férreo control nunca anticipó que se estaba colmando la proverbial paciencia de los chinos.

Las víctimas fatales del incendio en un edificio bloqueado por la cuarentena en Urumqi, capital de Xinjiang, desencadenaron la ira allí y en otros lugares. Las protestas han sido las más grandes y ruidosas desde Tiananmén, en 1989.

Sería prematuro, sin embargo, concluir que estas manifestaciones van a crear problemas graves a Xi Jinping. Tal como ocurre actualmente en Irán, y otras partes del mundo, democráticas o no, la revolución tecnológica permite desafiar todas las tradiciones que dejó el siglo XX pero no asegura su éxito.

Los efectos de encerrar una y otra vez durante tres años a millones de personas en las principales ciudades productivas no fueron percibido correctamente. Según un comentario de The New York Times, "las autoridades locales parecían más preocupadas por llenar planillas con altos porcentajes de no contagiados que otra cosa". El resultado no fue mejor que en el resto del mundo. Y ha obligado a aliviar la política de confinamiento.

Xi se fue consolidando en el poder cuando la política de apertura a los mercados internacionales empezaba a dar frutos. La pobre economía de lo que se suele calificar como el "gigante asiático", protagonizó un gran salto. No fue como quería Mao Tse-tung, sino como lo impulsaron decididamente Deng Xiaoping y el presidente Jian Zemín, recién fallecido a los 96 años.

Jian asumió en difíciles condiciones, cuando no se apagaban todavía los ecos de la masacre de Tiananmén. Sus cambios en la orientación económica del país teóricamente comunista, le permitieron a Xi a coronarse en definitiva como gobernante absoluto.

Lo que no estaba en sus planes era, por cierto, el clamoroso rechazo a su política de Covid cero.