Familia sanantonina recurre a la justicia por terrorífico accidente en el río Rapel
Estaban de vacaciones cuando el aumento del caudal arrasó con vehículos y carpas, y los dejó atrapados con el agua hasta el cuello. Se salvaron por acciones "heroicas".
Un grupo de siete personas de San Antonio, El Quisco y Algarrobo, quienes sufrieron una terrorífica experiencia con una repentina crecida del río Rapel, recurrieron a la justicia para aclarar las causas y responsabilidades del accidente que casi les cuesta la vida.
Ellos, que son una familia y sus amigos, estaban de vacaciones cuando el aumento del caudal arrasó con vehículos y carpas, y los dejó atrapados con el agua al cuello, según indicaron en una querella presentada en el Juzgado de Garantía de Melipilla, que tiene jurisdicción sobre el punto del cauce donde ocurrieron los hechos en noviembre del año pasado.
Accidente
El escrito, al que tuvo acceso Diario El Líder de San Antonio, describe en detalle los horrores sufridos por esta familia, quienes fueron hasta el sector de Las Bandurrias, en la comuna de San Pedro, para "instalarse en forma de camping como solían hacerlo con cierta frecuencia iniciada la temporada primavera-verano".
"Como muchos puntos a lo largo del río, ese sector ofrecía una explanada amplia para la instalación de carpas, enseres y vehículos sin que existiese ninguna advertencia que prohibiera la presencia de público en el lugar o avisara de algún peligro", detalla la acción judicial en contra de todos quienes resulten responsables o encubridores.
El día había transcurrido "con agradable clima, la alegría familiar típica de estos momentos de descanso cuando, alrededor de las 18.30 horas (…), los niños jugaban o tiraban piedras al agua, cuando de pronto, en cosas de segundos, un niño de 12 años de edad comienza a gritar que el agua está inundando todo el sector a gran velocidad".
De acuerdo a la querella, en ese momento "el pánico se apodera del grupo, ya que el agua (parece una) avalancha que comienza a llevarse elementos como mesas, sillas y las propias carpas, lo cual crea la confusión de afanes, como tratar de salvar a los niños o recoger los enseres o salvar los vehículos, todo en pocos segundos".
El único sitio seguro en ese entonces era "el cerro que encajona al río y cuya pendiente es una pared casi vertical", según prosigue el escrito presentado a la justicia, que describió acciones "heroicas".
Entre la confusión ocurrieron múltiples incidentes, como lo que pasó con un hombre que "logra tomar a su hijo para llevarlo hasta un punto seco" y luego se lanza al "agua a auxiliar a su amigo que trata de sacar su vehículo" de la crecida.
Este último dormía al interior de una carpa, cuando fue "despertado por los gritos de alerta" y se dirige a "sacar la camioneta que ya tenía el agua hasta la mitad de los neumáticos".
Sin embargo, "en cosa de segundos, el agua había subido hasta apagar el motor y bloquear las puertas" con él en su interior.
Cuando la "camioneta comienza a ser llevada por las aguas", su amigo lo toma de los brazos y lo lleva a un lugar seguro.
Además, se describe en la querella el caso de una mujer con "el agua casi hasta las rodillas (que) logra tomar a su hija de 10 años, que llorando la llamaba gritando que el agua la iba a llevar (…), porque (el agua) ya le llegaba al pecho".
Iguales momentos de pánico vivieron "el resto de los querellantes que debieron escapar contra la ladera del cerro y algunas rocas de la orilla viendo que el agua alcanzaba en segundos un alto nivel y que la fuerza de la corriente era tal que nada de lo que se había instalado en la orilla se había salvado, pues carpas, autos y enseres de camping, todo había sido cubierto y arrastrado por las aguas mientras el río seguía subiendo su nivel".
Al llegar la noche "lograron finalmente ser socorridos por bomberos y carabineros para alcanzar un lugar seguro en el camino".
Embalse
En el escrito se acusa a la operadora del embalse del lago Rapel de "sin ningún mecanismo de alerta, sin consideración alguna de que en un día sábado es sabido que son muchas las familias que usan el río como paseo, procedió a abrir, según opinión de expertos, cinco compuertas de la represa vaciándola hacia el lecho del río, lo que significó un flujo de agua de 600 metros cúbicos por segundo".
Tras ocurrido el incidente, desde Enel indicaron que cinco generadores estaban activos de acuerdo a la instrucción del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), entidad encargada de activar o desactivar la operación de estas plantas de generación eléctrica.
"Se iniciaron las gestiones necesarias con el Coordinador Eléctrico Nacional para proceder con la detención de la planta, lo que se logró a las 22 horas", indicó Francisco Camarada, jefe de la Unidad Norte de -Hidroeléctrica Enel Generación a Chilevisión, medio que cubrió el incidente en diciembre.
La acción judicial busca que se entreguen al tribunal informes de Carabineros y Bomberos y se inicien peritajes a cargo de la PDI, para establecer a los presuntos responsables de los delitos de daños, entre otros consignados en la querella.


