Un total de $24.915.902.252 aprobó ayer el Consejo Regional (Core) de Valparaíso para un inédito paquete de medidas y proyectos destinados a enfrentar la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia del covid-19, que ha azotado con fuerza al país y especialmente a la Región de Valparaíso.

La inyección de recursos más fuerte irá vía trasferencia a otros servicios, como Sercotec, Fosis y Corfo, para que se ejecuten programas de apoyo a microempresas, emprendedores y la creación de empleos. Se trata de $13.091.000.000 para -entre otras iniciativas- beneficiar directamente a aproximadamente 5 mil pymes de la región, y la creación de 4 mil empleos por el período de un año. De ellos, 1.720 cupos están dirigidos a mujeres jefas de hogar que se encuentran cesantes, que se suman a los ya 1.200 aprobados con anterioridad, lo que se traduce en que 3 mil mujeres se reincorporarán al mundo laboral.

A su vez, el sector de la Salud tiene una inversión de $ 5.491.506.000, principalmente para reforzar la Atención de Salud Primaria (APS), con el fin de descomprimir los hospitales que están superados por la pandemia. Se estima, además, la instalación de más laboratorios para procesar exámenes PCR dependientes de la salud primaria y la creación del Banco de Plasma, con sangre donada por pacientes recuperados voluntarios de covid-19 para el tratamiento de enfermos graves.

Entre otras iniciativas destaca el aporte de $ 2 mil millones para la adquisición de 50 mil kit de apoyo alimentario, aseo personal y domiciliario, además de pañales, para los adultos mayores de la región, los que serán distribuidos utilizando los taxicolectivos, otro de los gremios golpeados por la crisis. A ello se suman $3.500 millones para la compra de 90 mil cajas más de alimentos para las familias más vulnerables de la región.

También se consigna el aporte de $200 millones como apoyo a las 286 ollas comunes que se encuentran funcionando en la región, a través de Caritas Chile. "Los comedores sociales han sido la primera línea en la provisión de alimentos a las personas vulnerables, por lo que estos recursos son para la compra de elementos sanitarios y alimentos", explicó el presidente del Core, Manuel Murillo Calderón.

4 mil nuevos empleos se crearían en el lapso de un año con recursos del Gobierno Regional.

Catalina Muñoz Lizama

Por la preocupación de la salud mental surge el proyecto "Red Meica, el don de cuidar", que está siendo impulsado por Innova Fosis, un fondo que busca financiar proyectos que impulsen soluciones innovadoras a temáticas sociales.

La iniciativa busca trabajar con mujeres cuidadoras de familiares con dependencia severa por una discapacidad.

"En este programa trabajaremos con 25 mujeres de San Antonio y otras 25 de Quillota. Todas son cuidadoras de un familiar con dependencia severa por discapacidad. En la mayoría de los casos es uno de los padres que está postrado o un hijo con alguna discapacidad", indicó Carolina Melo, sicóloga y coordinadora del proyecto "Red Meicas, el don de cuidar".

"Las mujeres que son cuidadoras son muy pocas veces consideradas y eso es muy malo. Por lo mismo buscamos con Red Meica que ellas puedan adquirir herramientas para cuidar su salud mental y que también se vuelvan un tanto independientes, generando sus propios ingresos, todo gracias a las herramientas que irán adquiriendo", añadió.

Funcionamiento

Debido a la pandemia y la cuarentena obligatoria que rige en la comuna de San Antonio, las actividades deberán ser todas de forma digital. Además, quienes accedan a este proyecto, recibirán un kit de apoyo con el que podrán acceder a todas las actividades que les dará este espacio.

"Lo que más buscamos es que las cuidadoras de San Antonio puedan convertirse en comunidad y sean una red de apoyo entre ellas mismas. Solo ellas saben lo que están viviendo y lo que enfrentan, o todo lo que han debido dejar de lado por dedicarse a un familiar", afirmó Carolina Melo.

-Carolina, si hablamos de la salud mental, ¿a qué conflictos suelen enfrentarse las cuidadoras?

-Muchas sufren del síndrome del cuidador. Si bien no hemos trabajado casi con las cuidadoras, soy sicóloga y en algunas entrevistas requeridas para plantear el proyecto, uno a simple vista puede ver que lo sufren. Muchas tienen problemas de ansiedad o indicios de depresión, que es algo muy común que ocurre. Las personas con este síndrome se ven afectadas en distintas esferas de su vida. Por ejemplo, dejan de ver a sus amigos o gran parte de sus actividades diarias. Sus rutinas cambian por completo, porque llega un momento en que todo gira en torno a la persona que cuidan, incluso dejan de percibir sus ingresos, por lo que son menos independientes.

-¿Durante la pandemia esto se incrementa?

-Por supuesto, la pandemia gatilla en muchas personas la depresión o la ansiedad, pero en ellas es peor. La cuidadora no puede salir por ningún motivo de la casa, porque cuida a alguien que es parte de la población de alto riesgo. La gente o la misma red familiar muchas veces no está preocupada por ella ni por lo que siente o lo que le pasa, porque insisto, todo se centra en la persona a la que cuida.

El equipo de trabajo se concentró en San Antonio, ya que, en investigaciones preliminares, detectaron que había una carencia de atención a estas mujeres y su salud mental.

"Las 25 mujeres cuidadoras que participen se convertirán en actores principales. Es con ellas mismas que se podrá ir reportando y evaluando el funcionamiento del proyecto y que así se convierta en una política pública en un futuro. Por lo mismo, trabajamos con distintos departamentos del municipio de San Antonio para ir contactando a cuidadoras que quieran participar", sostuvo la coordinadora.

El plan parte en agosto y dura siete meses. Las mujeres cuidadoras que quieran ser parte pueden ponerse en contacto con la Oficina Comunal de Discapacidad, ubicada en el Centro de Desarrollo Comunitario (Casa Amarilla) de Llolleo.