Eran amigos del colegio, el amor los unió y emprendieron juntos
Antonia Petey y Tomás Valdebenito curiosamente decidieron estudiar la misma carrera y en la misma universidad. Desde 2018 venden diferentes artículos para grandes y chicos. Además, ella hace la manicura.
La historia de Antonia Petey Zapata (21) y Tomás Valdebenito Pulgar (20) comenzó en el colegio, hace casi cuatro años. Siempre fueron amigos, hasta que se encendió la chispita del amor.
"Yo iba en cuarto medio cuando empezamos a pololear, que fue en el 2017. De ahí como que empezamos a hacer todo juntos y, de la misma forma, hemos ido creciendo en distintos sentidos, lo cual es sorprendente", afirma Tomás.
Antonia siempre iba un curso más arriba que su pololo, por lo que cuando él estaba en cuarto medio, ella ya había terminado la etapa escolar.
-¿Qué hiciste cuando saliste de cuarto medio?
-Me había tomado un año para decidir qué quería estudiar, porque uno de mis planes era entrar a la Escuela Militar. Estaba un poco perdida al salir de cuarto medio en cuanto a qué hacer, y durante ese año encontré más respuestas.
Estudios
Estos jóvenes sanantoninos estudiaron en Instituto del Puerto, pero nunca imaginaron que sus caminos se enlazarían tan estrechamente
"Algo que puede sonar curioso es que los dos estudiamos lo mismo y en el mismo lugar. Nos conocimos en el colegio y no nos separamos más. Así se podría resumir nuestra historia", dice Antonia.
En 2018, esta joven de Tejas Verdes y su pololo de Villa Italia entraron a estudiar Pedagogía en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
"A veces, quienes no nos conocen, piensan que nos conocimos en la universidad, porque estudiamos lo mismo, pero ya estábamos juntos hace casi un año. Tomamos las mismas decisiones simplemente, ese es el tema", agrega Tomás.
-¿Es complicado pololear y estudiar la misma carrera?
-Tomás: Yo creo que no ha sido tan complicado, porque lo que nos beneficia es que siempre hemos sido muy respetuosos de los espacios del otro. Si bien en la universidad hacemos casi todo juntos, como los trabajos, estudiar y todo lo demás, nos ha funcionado súper bien.
"Quizás como cualquiera pareja, tuvimos peleas, porque además somos jóvenes, pero si en algún momento algo nos pasó la cuenta, lo supimos superar y por eso seguimos juntos hasta hoy", comenta ella.
Distancia
Para ambos, una de las vallas más difíciles de sortear fue separarse de sus respectivas familias para comenzar a vivir en Valparaíso.
"Yo soy la regalona de mi casa, vivo con mi mamá, mi tía y mis abuelos. Separarnos fue una experiencia nueva que causaba un poco de tristeza. Me acuerdo que no importaba si el lunes tenía una prueba a primera hora, yo igual iba a viajar a San Antonio el fin de semana para estar cerca de mi familia", confiesa Antonia.
-¿Y qué pasó contigo, Tomás, en este aspecto?
-Siempre he sentido que esto de irse a vivir solo cuando uno entra a la universidad, que es lo que le pasa a la mayoría de los sanantoninos, es una oportunidad para crecer. Sigo pensando que es un proceso que uno tiene que vivir, pero no por eso no echábamos de menos a la familia.
-¿Qué es lo más difícil de vivir sin la familia?
-Tomás: Es que uno se enfrenta a otra realidad, porque como decía antes, tenemos que aprender a vivir solos y siempre fuera de la ciudad y de la gente de uno. Tengo familia en Santiago y mis primos siempre llegan en la tarde a su casa, en cambio, nosotros llegábamos y estábamos solos los dos.
Antonia: Me acuerdo que antes de la pandemia, vivíamos en una pensión y la pieza era todo el espacio que teníamos. Además, tienes que cocinar y hacer tus cosas a pesar de estar cansado, pero es parte del proceso al final.
Pandemia y los abuelos
Desde el año pasado, producto de la emergencia sanitaria del covid-19, ambos se encuentran estudiando en línea, por lo que pudieron volver a sus casas en la comuna puerto.
"Siento que no es lo más cómodo estudiar o aprender en esta modalidad online, pero es algo que escapa a nuestras manos. Algo que no puedo negar es que ha sido una súper buena ayuda en el tema económico", sostiene Antonia.
-¿En qué se ve reflejado?
-Mi mamá se hace cargo sola de mis gastos de la universidad y eso implica los viajes, la comida, el arriendo, y eso no es para nada barato, entonces ahora sigo estudiando, pero aliviándole la carga en esas cosas.
Ambos son muy cercanos a sus abuelos. Antonia vive con los dos y Tomás se visita constantemente con el suyo.
"Mi abuelo tiene 90 años, y es la persona que menos me gustaría que se contagiara. Con eso también he tomado conciencia de que nadie en mi familia se debería contagiar. Como él tampoco puede estar solo, porque no es lo ideal, con mi familia nos turnamos para ir a quedarnos ciertos días a su casa", relata Tomás.
-¿Les gusta de todos modos estar acá en San Antonio y no tener que viajar a Valparaíso?
-Antonia: Sin duda, y no solo a nosotros, yo creo que también a nuestras familias. Mi mamá y mis abuelos ahora me dicen que ojalá nunca más me tenga que ir y los entiendo, porque uno quiere estar con su familia.
Tomás: Nos sirve para estar más cerca de ellos y seguir estudiando, pero sin sentir que estamos tan lejos. Esta pandemia ha servido para estar más tiempo con la familia.
Productos
Cuando recién habían comenzado su relación sentimental, a Tomás, que en ese tiempo aún estaba en cuarto medio, se le ocurrió empezar a traer artículos desde China.
Al principio fueron protectores de cargadores, que comenzó a vender entre sus compañeros de colegio. Al poco tiempo, Antonia se sumó a la idea.
"Vendíamos distintas cosas que en ese momento causaban furor. También traíamos carcasas y cada vez más gente nos iba conociendo", detalla el joven universitario.
Su tienda virtual "22 Store" partió promocionando sus productos en las redes sociales a mediados de abril del 2018, cuando ambos ya estudiaban en Valparaíso, lo que los ayudó a llegar a más gente.
"Algunas personas nos pedían cosas que no traíamos, y se nos ocurrió la idea de que quizás podíamos hacerlas nosotros. Así llegamos a las libretas y cuadernos, y después nos lanzamos con los calcetines y colets estampados, que es la parte que hacemos nosotros", explica Antonia.
-¿Siempre estuvo entre sus planes crecer con distintas cosas?
-Antonia: Yo creo que sí. Lo que pasa es que nunca lo vimos tanto como un trabajo. Ya estábamos en el 2019 cuando comenzamos con las cosas de fabricación propia y es como nuestro hobbie fuera de los estudios. Lo importante es que nos deja un ingreso que no buscábamos.
Tomás: Nos gustaría formalizarnos en cuanto a tener más espacio, pero creo que lo fundamental para emprender ha sido el apoyo de nuestras familias, sobre todo la abuela de Antonia, que nos ayuda en todo lo que tenga que ver con costura.
Al inicio de la pandemia vendieron unas mascarillas que hicieron furor. Las abuela de Antonia las confeccionaba y ellos se encargaban de los estampados. "Eran de distintos tamaños, personalizadas y eso no se veía tanto para los niños al principio, entonces fuimos la alternativa de muchos papás, cosa que nuevamente nos hizo crecer", agrega Antonia.
-¿Qué más hacen?
-Antonia: Yo hice un curso de manicura y justo lo terminé cuando empezó la pandemia, entonces practiqué con toda mi familia para afinar la técnica y ahora hace poco me atreví a crear una página con mis trabajos.
"Algo que puede sonar curioso es que los dos estudiamos lo mismo y en el mismo lugar. Nos conocimos en el colegio y no nos separamos más",
Antonia Petey
"Siempre he sentido que esto de irse a vivir solo cuando uno entra a la universidad, que es lo que le pasa a la mayoría de los sanantoninos, es una oportunidad para crecer".