Crónica

En un nuevo esfuerzo por incrementar su resolutividad, el hospital Claudio Vicuña de San Antonio aumentó sus camas de la Unidad de Tratamiento Intermedio (UTI) a 30.

Lo anterior es resultado del continuo proceso de complejización y reconversión de camas llevado a cabo dentro del centro asistencial para atender a pacientes afectados por la pandemia del covid-19 y también a quienes tienen otras patologías no relacionadas al virus Sars-cov-2, y un avance respecto al recurso cama previo a la emergencia sanitaria, cuando había solo seis camas en la UTI.

La directora del hospital, Liliana Echeverría, indicó que "gracias al enorme y gran trabajo de nuestros profesionales y técnicos, formamos primero la UCM Covid, que ahora pasa con 12 de sus camas a ser una UTI, teniendo un total de 18 camas de nivel intermedio para personas con complicaciones derivadas del covid, donde mantenemos a pacientes con requerimiento de ventilación mecánica para, dependiendo de la gravedad, hacer su manejo inicial antes del eventual traslado a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que no tenemos".

"Esto es gracias al aumento del equipamiento y del recurso humano capacitado que se ha incorporado en medio de la pandemia. Hoy estamos gestionando tanto el personal como el instrumental restante para dar una atención de excelencia a nuestra comunidad", explicó.

Sin embargo, como las atenciones por patologías no asociadas al covid-19 se mantienen, la Unidad de Cuidados Medios (UCM) del hospital, se complejizará al nivel de Tratamiento Intermedio (UTI), lo que suma 12 camas más.

"Sabemos que las siglas pueden ser complicadas, pero lo anterior significa una mejora sustantiva para nuestro hospital, porque quiere decir que somos capaces de resolver patologías de mayor complejidad a nivel local, y que nuestros profesionales están a la altura del desafío", agregó Liliana Echeverría.

6 camas había en la UTI del Claudio Vicuña antes de la pandemia. Ahora hay 30.

Mónica Jorquera Escobar

A tres años y un día de cárcel fue condenado un llolleíno que intentó ingresar droga al Centro de Cumplimiento Penitenciario de San Antonio cuando fue a visitar a un ser querido en septiembre del año pasado.

El individuo fue encontrado culpable del delito de tráfico de drogas en pequeñas cantidades, luego de que se demostrara durante el juicio oral en su contra que fue él quien llevó la encomienda a la cárcel, en cuyo interior iba un paquete de galletas que contenía marihuana elaborada.

En el juicio desarrollado en el Tribunal Oral en Lo Penal (TOP), el fiscal Fred Silva expuso cómo el imputado fue descubierto por funcionarios de Gendarmería en momentos en que ingresaba una bolsa con galletas con chips de chocolate que estaban rellenas con cannabis sativa.

"El funcionario que revisa (las encomiendas) se percata de la forma extraña de las galletas, la parten y encuentran la droga", declaró durante el juicio el jefe de guardia de Gendarmería.

Dentro de las golosinas hallaron 25 bolsitas con marihuana, que arrojaron un peso de 79 gramos 9 milígramos.

Con el ilícito se configuró la circunstancia agravante de cometer el delito en un centro penitenciario.

Efectiva

Con esto, la terna de jueces, presidida por la magistrada Andrea Santander, determinó que el individuo identificado como Marcelo G.V. (24) cumpla una pena de tres años y un día de presidio. Esto contradiciendo la solicitud de la defensa, que apuntaba a que el sanantonino fuera absuelto.

"Dada la extensión de la pena corporal impuesta, esta deberá ser cumplida de manera efectiva", se redactó en la sentencia.

Ante la resolución, esta semana la defensa del condenado presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso para que se permita que pague su pena en libertad.