La locutora incógnita que se ganó la confianza de los auditores
Bajo el seudónimo de Cándida Weidmann, una particular residente de El Quisco se dedica a dar consejos románticos y sexuales en una radio local.
"Estaba en pareja y él me dejó de un día para otro. Una tarde llegué al departamento y estaba todo desordenado, una ventana quebrada y un papel que decía: 'pasé a sacar mis cosas, gracias'. Se había llevado todo y en una de las piezas encontré un zapato mío en el piso, que tenía una corbata de él enredada en el tacón", relata la voz que ha conquistado los corazones de los auditores de El Quisco.
Tras esta brutal experiencia, la misteriosa mujer decidió superar la tristeza y amargura con un programa radial para personas que, como ella, quisiesen compartir sus historias de amor y desamor.
"Yo quería hablar y decidí crear 'Entre tacones y corbatas'. Se me ocurrió que la locutora se llamara Cándida Weidmann, una mina súper coquetona y que también tiene un lado súper sentimental", cuenta sobre el programa que se transmite lunes, miércoles y viernes, de 18.00 a 20 horas en Radio Amiga (107.9 FM), una emisora evangélica de la zona.
"Yo vengo después de un programa de un pastor, que habla del pecado y esas cosas, y luego salgo yo preguntando 'hola, ¿cómo están? ¿han tenido días lujuriosos o no?'. Yo pensé que iba a quedar la escoba, pero como lo hablo con respeto, no he tenido ningún problema", dice.
Los llamados
En un comienzo, Cándida estaba acompañada de otros personajes con quienes debatía sobre temas amorosos y sexuales, y luego de un tiempo ella se quedó liderando sola el programa, donde conversa con los auditores sobre diversas temáticas relacionadas, principalmente, con la vida en pareja.
"Hablo de infidelidades y sus consecuencias, de redes sociales, de moda, de los placeres artificiales, como el éxtasis, y de sexo siempre, ese es su sello. Ella (Cándida, su personaje) termina cada capítulo diciendo 'hagan el amor siempre y no la guerra, mírense a los ojos', y a la gente le encanta eso. Yo no digo ningún garabato y hablo todo con alturas de miras, digo las cosas que no se atreve a decir nadie, pero con mucha educación y tino", cuenta.
-¿Cuál ha sido la llamada que más te ha impactado?
-Una vez lloré al aire. Un tiempo yo estuve súper gorda y cuando mi ex me dejó me dijo que lo hacía porque estaba guatona. Un día saqué un llamado al aire de una chica que cuenta que cada vez que tenían sexo su expololo le recriminaba que estaba gorda y que él no quería salir con ella a la calle porque le daba vergüenza, le decía 'espérame en la esquina, porque no quiero que mis compañeros de trabajo te vean' y cosas así. Ella llamó porque le quería decir a todas las niñas que son gorditas que se puede, que no importa que no estén con ningún hombre, que trabajen y hagan sus vidas, y que ella estaba esperando la oportunidad de que llegue alguien a su vida que la quiera conocer por sus sentimientos.
-¿Cómo te afectó esa historia?
-Yo no podía hablar. Ella me decía '¿aló Cándida, estás ahí?', y yo en silencio, no podía, me empezó a escribir mucha gente en el chat, hasta que tuve que decir que me había emocionado la llamada, que me disculparan, que yo también era persona.
Público fiel
En cada capítulo recibe diversos llamados de los auditores, quienes le cuentan de sus vidas y algunos aprovechan de declararle su admiración. "Me llama harto hombre, cosa que no sucede en todos los programas de radio, como pa' coquetear, la naturaleza del ser humano", expresa.
-¿Te topas con harto "jote"?
-Sí, pero con respeto. Todos en buena onda. Me han salido personajes como William Wallace, Jim Morrison y el teniente Bello.
También ha recibido propuestas de mujeres. "Me han llamado chicas para preguntarme: 'Cándida te gustan los hombres o las mujeres, te invito a salir si te sentís sola'", dice.
"Me llama gente de Punta Arenas, de Renca, de Recoleta, Santiago, hasta de Miami. Tengo auditores en muchas partes y todo tipo de personas. Hay señoras que me han ido a dejar mermeladas a la radio y me dicen 'mijita, mi marido me dice que no la escuche, porque me estoy poniendo más vivaracha con usted'", manifiesta entre risas.
Incógnito
Desde que está al aire, la mujer tras Cándida ha decidido mantener resguardada su verdadera identidad. "Muchos no saben quién soy yo, yo me bajo del colectivo y me bajo en la radio y algunos me dicen 'tu trabajái aquí, mándale saludos a la Cándida' y les respondo 'sí, yo le digo'. Cambio la voz para que no me reconozcan, la risa, todo, pero a veces me cuesta mantener el personaje", confiesa.
-¿En algún momento revelarás tu identidad?
-No, porque la Cándida no se muestra y los auditores se la tiene que imaginar como ellos quieran.
"Yo quería hablar y decidí crear 'Entre tacones y corbatas'. Se me ocurrió que la locutora se llamara Cándida Weidmann, una mina súper coquetona y que también tiene un lado súper sentimental".
"Un día saqué un llamado al aire de una chica que cuenta que cada vez que tenían sexo su expololo le recriminaba que estaba gorda y que él no quería salir con ella a la calle porque le daba vergüenza".