Las últimas horas como diputado de Víctor Torres
El viernes dejó el cargo parlamentario tras tres periodos consecutivos representando a la provincia de San Antonio. Antes de dar un paso al costado en el Congreso Nacional, analizó su paso por la Cámara Baja, los costos personales que le trajo y cómo rearmará su vida de ahora en adelante.
Víctor Torres Jeldes nació el 11 de octubre de 1975 en Valparaíso y desde pequeño mostró su gusto por la política. Durante su época estudiantil fue secretario general de la Federación de Estudiantes de Valparaíso y al poco andar se convirtió en presidente de la misma organización. Con solo 15 años se transformó en militante del partido Demócrata Cristiano.
Él optó por estudiar Medicina en la Universidad de Valparaíso y se convirtió en presidente del Centro de Alumnos de la escuela, mostrando siempre su interés por compatibilizar sus estudios universitarios y la política. Una vez titulado, trabajó como médico en la Quinta Región en lugares rurales como Petorca.
Desde 2007 y hasta fines de 2008 se desempeñó como gobernador de la provincia de San Antonio en el primer gobierno de Bachelet, y el 2010 se convirtió en diputado. Fue reelecto en tres oportunidades por la provincia de San Antonio.
El miércoles 9, a pocas horas de dejar la función parlamentaria, Diario El Líder conversó con Torres para hacer un análisis de sus últimos años en el Congreso y también para proyectar su presente y futuro.
-¿Qué sentimientos afloran al dejar de ser diputado después de más de 12 años?
- Indudablemente estos días han sido de sentimientos encontrados. Por poco más de 30 años he dedicado mi vida a la vocación de servicio público en diversos niveles, y de esos, 15 he estado vinculado a San Antonio, primero como gobernador provincial, y luego, como diputado por tres periodos. Es inevitable sentir, por una parte, la satisfacción de la labor realizada, y por otra, la tristeza inherente al dar fin a una etapa relevante en mi historia de vida, donde dejé lo mejor de mi por contribuir con nuestro país y nuestra provincia.
- ¿Cómo evalúa su etapa como diputado? ¿Cuáles fueron sus logros y dificultades?
-Durante estos años pude vivir experiencias maravillosas, que me permitieron crecer en lo humano y en lo político, logrando por una parte cumplir con la confianza de la ciudadanía en mi labor parlamentaria donde trabajé incansablemente. Presenté más de 420 proyectos de ley, presidí tres comisiones permanentes, logré mantener 100% de asistencia, participé en más de 12 mil votaciones, interpelé a un ministro de Estado, etc. Pero de la misma forma, pude fortalecer esa necesaria conexión con nuestra realidad social, a través de las comunidades y sus dirigentes, con quienes impulsamos importantes proyectos de impacto local y provincial, junto a otras autoridades. Gestiones para pavimentación de calles, alcantarillados, plazas, viviendas sociales, la construcción del nuevo estadio y del nuevo hospital, son algunos ejemplos del compromiso adquirido y de la labor realizada.
-A su juicio, ¿quiénes con los responsables del estado actual del estadio?
-Desconozco ese detalle. Pero una disputa de competencias entre distintas autoridades no puede tener como resultado el abandono de un proyecto como este. Espero que a asumir las nuevas autoridades se agilicen las gestiones para resolver esto con prontitud.
-¿Cómo era ser diputado antes del estallido social y cómo fue ser diputado después de esto?
-El estallido social generó una profunda grieta entre el mundo político y la ciudadanía. Su impacto generó un antes y un después irrefutable. Si bien hace mucho tiempo la actividad política vivía una crisis importante, ese instante fue el punto de inflexión que remeció hasta lo más profundo de los cimientos de nuestra institucionalidad.
Torres asegura que "siempre sentí cómo nuestra gente lograba establecer una diferencia entre la labor que uno realizaba, y el resto de los actores políticos a quienes se criticaba. Sin embargo, luego del estallido social, se derrumbó esa diferencia, y más allá de lo que uno hiciera o no, la condena era generalizada y transversal. Eso complejizó mucho nuestra labor y aceleró el proceso de desgaste natural que viven todos los liderazgos. Se generó un abismo… sentí que los puentes construidos todos estos años cayeron. Fue un momento doloroso, pero, a la larga, necesario para la reconstrucción de nuestro país, y que espero permita un resultado fructífero, en el trabajo constitucional que se está realizando.
-¿Qué le gustó más, ser gobernador o diputado?
-Ambas han sido experiencias gratificantes. La primera al ser una labor del Ejecutivo, me permitió tener una mayor capacidad de ejecución de fondos directos, así como de apalancar recursos de otros servicios para desarrollar nuestras acciones con la comunidad. La segunda, si bien no otorga la posibilidad de ejecutar programas directos, sí permite, a través de la generación de leyes y la capacidad de gestión, incidir en mejoras que van en beneficio de la ciudadanía.
El doctor detrás del político
En el último tiempo Víctor Torres además de cumplir sus funciones como diputado ha hecho todos los esfuerzos posibles para ejercer su profesión, la medicina. Lo ha hecho en dos ámbitos diferentes: por un lado mantuvo la atención a pacientes y por otro retomó la docencia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso que había dejado hace algunos años. "Ambas actividades las ejercía de manera gratuita y compatibilizándolas con mi labor parlamentaria. Por cierto, todo aquello con una alta carga horaria que, a pesar de la dificultad, me permitió sostenerlas en el tiempo".
-¿Cuáles fueron los costos humanos y familiares de ser diputado?
-Precisamente, uno de los mayores costos asociados a la carga horaria es el familiar. El año 2011 me separé, y luego de ello no pude rehacer mi vida en pareja, a pesar de que siempre hay espacio para compartir con quien uno quiere, momentos especiales. Sin embargo, la inmensa mayoría del tiempo que logro rescatar, son dedicados a mi hija, con quien a pesar de la distancia, hemos construido un vínculo muy estrecho basado en el amor incondicional que nos une, en la complicidad y generosidad con que compartimos cada momento juntos. De la misma forma, mis padres y hermanos tienen un rol central en mi vida.
-¿Cuáles son sus planes en esta nueva etapa?
-Hoy vivo un momento de transición, entre la expectativa de propuestas para un futuro próximo y la necesaria pausa que necesito. Sin embargo, lo más claro que hoy tengo es que continuaré mis labores docentes y también asistenciales, sin desvincularme con ello de la función pública que, así como la medicina, también me apasiona.
-¿Qué expectativas tiene del nuevo gobierno?
-Espero profundamente que el nuevo gobierno logre guiar los destinos de Chile a buen puerto, basados en la capacidad de diálogo, el respeto, la tolerancia, y que la sabiduría les guíe para hacer lo mejor por nuestra gente. Comienza un gran desafío, no sólo para la nueva generación que asume la responsabilidad de gobernar, sino que también del país en su conjunto. Somos todos convocados a ponernos a disposición de la construcción de una nueva sociedad con mayor justicia y equidad. El éxito del gobierno será el éxito de Chile y su gente, y creo que existe talento y convicción para conseguir eso.
- ¿Cómo ve el futuro de la provincia de san Antonio?
-San Antonio es una provincia con un profundo potencial. Durante todos estos años, en un trabajo mancomunado entre diversas autoridades, dirigentes y la ciudadanía en general, se logró levantar a San Antonio por sobre el pesimismo que muchos agoreros auguraban. Se lograron grandes cosas, muchas inversiones públicas y privadas. Se dinamizó la economía local, y se logró mejorar las condiciones de vida de mucha gente. Sin embargo, siento que se ha generado un estancamiento en el que no se puede permanecer. Y es ahí donde es relevante el rol que la misma gente cumpla. San Antonio trasciende a su infraestructura o al puerto. San Antonio es su gente, y allí se asienta su fortaleza. Por lo tanto, es importante recordar que de cada una y cada uno de sus habitantes, dependerá su destino, y tengo fe en que, a partir de eso, volveremos a verle florecer.
"Es inevitable sentir, por una parte, la satisfacción de la labor realizada, y por otra, la tristeza inherente al dar fin a una etapa relevante en mi historia de vida",
Víctor Torres
"Presenté más de 420 proyectos de ley, presidí tres comisiones permanentes, logré mantener 100% de asistencia, participé en más de 12 mil votaciones, interpelé a un ministro de Estado, etc.".
"El estallido social generó una profunda grieta entre el mundo político y la ciudadanía. Su impacto generó un antes y un después irrefutable".