El hospital Claudio Vicuña de San Antonio saludó y destacó la labor de las terapeutas ocupacionales que se desempeñan en el establecimiento de salud, al conmemorarse ayer su día, fecha que recuerda la creación de la asociación nacional de los profesionales del área.

Actualmente, cinco terapeutas trabajan en diferentes dependencias de la Unidad de Salud Mental del recinto asistencial, donde cumplen un rol fundamental en el tratamiento de pacientes afectados por diversas patologías y donde abordan procesos terapéuticos desde la infancia hasta la adultez.

Karina Villatoro Santis es terapeuta ocupacional hace 16 años y hace siete ejerce en el Centro de Salud Mental Comunitario 21 de Mayo (Casa Blanca), lugar en que atiende a usuarios diagnosticados con diferentes patologías de salud mental. "Uno de los objetivos principales de la terapia ocupacional es fomentar el mayor nivel de autonomía de la persona en áreas en las que su desempeño se vio interrumpido por una enfermedad o cualquier otro evento ambiental", afirmó.

Según sus palabras, su labor se centra en entregar "herramientas que a la persona le permitan dar un nuevo sentido después de que le han diagnosticado una patología de salud mental. Por ejemplo, orientamos hacia la exploración de sus intereses, resignificación de eventos traumáticos, búsqueda de actividades significativas y equilibrio en sus rutinas".

Karina Villatoro agregó que en Salud Mental trabaja junto a un equipo interdisciplinario que también brinda tratamiento médico, sicoterapia y apoyo social. "Es un proceso conjunto en el que nos sumamos con el fin de potenciar y permitir que los usuarios puedan experimentar bienestar en sus vidas mejorando la calidad de la misma, y ahí el apoyo del terapeuta ocupacional es fundamental".

Jennifer Pastrián Leiva trabaja en el hospital Claudio Vicuña hace 11 años y actualmente se desempeña en el Centro de Salud Mental Comunitario Casa Azul, donde atiende a pacientes con consumo problemático o dependencia de drogas y alcohol. "Nos enfocamos en la participación ocupacional, para que los usuarios retomen o implementen actividades y roles significativos, ya que muchas veces los dejan de lado o disminuyen su buen desempeño, es decir pierden su rutina".

Según su experiencia, las personas con este tipo de patología muchas veces cargan con lo que técnicamente se denomina "trauma, abandono o injusticia ocupacional, ya que no tuvieron la oportunidad de desarrollar su identidad. Entonces en lo que se debe trabajar es en evaluar, potenciar y facilitar la integración en espacios ocupacionales, por ejemplo en instancias de capacitación".

Juan Olivares Meza

Detectives de la Prefectura Provincial de la PDI de San Antonio, en el contexto de la investigación por el secuestro de Jordan Bravo Vásquez, realizaron diversas diligencias en el sector Mauco de Quillota, donde como resultado de un sobrevuelo en un helicóptero institucional, se identificaron dos lugares con 372 plantas de cannabis sativa y 10 kilos de esta misma droga, que se encontraba en proceso de secado.

La jefa de la Prefectura de la PDI, prefecta Siomara González, señaló que "la PDI, en coordinación con el Ministerio Público y en base a las diligencias investigativas y de inteligencia policial en el sector Mauco de Quillota, logró establecer que dicha droga pertenecía a parte de la banda que se encuentra imputada por el ilícito de secuestro".

Desaparecido

Los hechos a los que hace referencia la prefecta Siomara González dicen relación con lo ocurrido en la calle 23 Noviembre de la toma del cerro Placilla la mañana del 3 de febrero pasado, cuando un grupo de hombres armados secuestraron desde una modesta vivienda al sanantonino Jordan Bravo Vásquez (26), a quien raptaron a golpes, en presencia de su pareja y sus hijos, uno de cuatro años y el otro de apenas ocho meses.

De acuerdo con lo que ha logrado establecer la investigación, aparte de la madre de sus hijos, al menos dos testigos vieron al joven salir gritando por su vida desde la vivienda en la toma, con una capucha en la cabeza, mientras era golpeado severamente con objetos contundentes a mano de sus secuestradores.

Por estos hechos la fiscal Claudia Cancino formalizó cargos contra dos colombianos y tres chilenos, sobre quienes, según el Ministerio Público, se ha logrado acreditar "de manera contundente" su participación en este suceso sin precedentes en la historia policial de San Antonio.

Un caso que cobra especial dramatismo, tanto por la brutalidad de los hechos investigados, como por la indolencia de los autores y lo más grave, el destino que tuvo un padre de familia cuyo paradero sigue siendo hasta la fecha totalmente desconocido.

62 días

Al cumplirse 62 días desde la desaparición de Jordan Bravo Vásquez desde la toma del cerro Placilla, cobran especial importancia las diligencias que se encuentra liderando la fiscal Claudia Cancino, a través del Equipo Secuestro de la Prefectura Provincial de la PDI y la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe), de Santiago, ya que por un lado no se escatima en recursos para mantener la búsqueda de Jordan y, por otra parte, siguen apareciendo pruebas sobre la actividad criminal de los imputados por este secuestro.

De hecho, una vez que los tres chilenos y los dos colombianos cumplan la cuarentena tras ingresar a la cárcel de Rancagua, donde cumplen prisión preventiva, serán sometidos a una toma de muestra biológica que será cotejada por el Laboratorio de Criminalística de la PDI con una evidencia recogida en la casa donde ocurrió el secuestro en la toma de Placilla.

Todo lo anterior mientras continúan las pesquisas para ubicar el sanantonino Jordan Jesús Antonio Bravo Vásquez, que esta misma semana cumplió dos meses desaparecido.

10 kilos de marihuana, aparte de las matas, fueron decomisados en el operativo.