Juan Olivares Meza

La noche recién comenzaba en el puerto y el sol, que ya se había ocultado tras el horizonte, dio paso a las luces de los locales comerciales que iluminaban tenuemente las calles del puerto que iban poco a poco quedando vacías.

A esa hora en el minimarket "El Tropezón II", ubicado en la calle Palmieri número 470 del cerro Placilla, Juan Gaiche López, un hombre de 57 años propietario del negocio, nunca imaginó que aquella sería una noche que marcaría un amargo recuerdo en su vida de comerciante.

Todo comenzó cuando un joven, de unos 25 años, entró al local con la cara sangrando y la ropa desaliñada. Vestía un polerón rosado y pantalones negros, con las cejas rotas y heridas visibles en el rostro.

Don Juan, con la preocupación de un comerciante acostumbrado a tratar con todo tipo de clientes, le preguntó qué le había pasado. "Hago muay thai (un arte marcial)", respondió el extraño, casi con desdén, como si el dolor no le afectara.

El ambiente se tornó más tenso cuando, sin previo aviso, otro individuo irrumpió en el local. Vestía de negro y tenía el rostro cubierto. En su mano, brillaba el frío metal de una pistola.

"¡Sale de ahí!", le gritó al comerciante, mientras lo empujaba con violencia, alejándolo del mostrador. Los movimientos del asaltante eran erráticos, pero su mirada estaba fija en su presa mientras apuntaba el arma directamente al rostro del almacenero.

Violento ataque

Casi en simultáneo un tercer hombre entró al local. Este, con un buzo gris y también con el rostro oculto, empuñaba un destornillador que no dudó en usar contra el comerciante, que intentó defenderse, pero pronto sintió el filo del metal en su mano izquierda. Era una punzada que le dejó una herida profunda. El dolor físico era apenas un eco ante la impotencia de ver cómo un cuarto intruso se integraba al saqueo de su negocio.

"Eran cuatro tipos, porque entró uno primero haciéndose pasar por cliente, que se robó la plata de la caja cuando entraron los otros tres, uno con una pistola y el otro con un destornillador que usó para atacar a mi hermano. Fueron muy violentos, se robaron como tres millones de pesos en plata y mercadería, arrancaron por el pasaje Santis y de ahí se fueron hacia el puente Huallipén, se llevaron la billetera y el teléfono de mi hermano también", relató a Diario El Líder Francisco Gaiche, hermano del comerciante afectado que durante el fin de semana buscaba recuperarse de la traumática experiencia.

La calma nunca volvió esa noche. Los cuatro hombres, con su botín en mano, huyeron en un automóvil Chevrolet Aveo color gris, dejando tras de sí las huellas de una noche violenta y un negocio devastado. Carabineros llegó poco después, encontrando a Juan Gaiche aún en shock, con la adrenalina en el cuerpo, las manos temblorosas y la herida que le dejó uno de los despiadados delincuentes.

Capturado

Horas más tarde, tras un intenso patrullaje por las calles desiertas de San Antonio, Carabineros arrestó a D.I.M.C., de 29 años, que fue reconocido por la víctima como uno de los asaltantes y sobre quien además pesaba una orden de captura del Juzgado de Garantía de San Antonio, por el delito de lesiones menos graves.

"Mi hermano lo reconoció altiro cuando lo pillaron los carabineros, pero uno queda con una sensación de mucha inseguridad porque el tipo mientras estaba en el tribunal seguía intimidando a mi hermano, tomando el micrófono como si fuera una pistola le apuntó, entonces da mucha rabia e impotencia, porque fueron muy violentos, demasiado violentos", dijo Francisco Gaiche, mientras el tribunal fijó en 120 días el plazo para el cierre de la investigación.

"Uno venía con una pistola y el otro con un destornillador que usó para atacar a mi hermano. Fueron muy violentos, se robaron como tres millones",

Francisco Gaiche, hermano de la víctima

"El tipo mientras estaba en el tribunal seguía intimidando a mi hermano, tomando el micrófono como si fuera una pistola le apuntó",

Francisco Gaiche, hermano de la víctima

20.50 horas ocurrió el asalto al minimarket ubicado a metros de la rotonda de Placilla.