Pamela Serey Á.
Se lo merecía. El Bayern Munich se coronó campeón por sexta vez de la Champions League, luego de vencer en un reñido partido al París Saint-Germain por 1-0.
El título no es casualidad, pues está avalado por el récord de imponerse en once partidos consecutivos. El elenco bávaro ganó todos los duelos que jugó. Es más, es el primer equipo en levantar la "orejona" con esa marca.
El partido fue parejo en el primer tiempo, incluso por momentos los jugadores del PSG pudieron vencer a esta máquina alemana. La estrategia de Thomas Tuchel era el juego vertical, intentando sacar ventaja de las individualidades y el desequilibrio que pudiesen generar Neymar, Mbappé y Di María, su trío ofensivo. Pero fue ahí cuando apareció el arquero Manuel Neuer, que convirtió su cuerpo en una muralla frente al pórtico, para bloquear todos los intentos de las figuras parisinas, que lo ponían contra las cuerdas.
Sin embargo, en la segunda parte, el Bayern hizo lo justo y gracias a un gol de Kingsley Coman en el minuto 60 se quedó con el partido.
El tanto de cabeza del francés, una apuesta de Hans-Dieter Flick para la final, encontró el punto débil del encuentro y fue suficiente para lograr el objetivo.
Así llegaron al fin del encuentro. El juez tocó el pitazo final y Neymar explotó en lágrimas. De inmediato David Alaba, defensor austríaco de los bávaros, se acercó y abrazó al brasileño, intentando consolarlo. También llegó el técnico de los campeones, Hans Flick, y luego Mauro Icardi, que fue suplente en este partido.
En la galería el argentino Leandro Paredes, que fue titular en el PSG, también lloró sin consuelo y en soledad.
Con este título, el Bayern Munich cierra una temporada espectacular. Primero logró la clasificación a la actual edición de la Champions League tras coronarse campeón de la Bundesliga por octavo año consecutivo. Además, revalidó el título en la liga alemana. Con la "orejona" se adjudicó una tripleta, un récord que sólo comparte con el Barcelona en el fútbol europeo. Finalmente, ganó el mejor.