José Salgado Núñez

Surgió como una iniciativa solidaria y humanitaria que tenía como fin ayudar a las familias que lo estaban pasando mal a causa de la emergencia sanitaria del covid-19.

La "amasandería popular" de las Planicies de Bellavista prendió sus hornos en julio del año pasado, concretando un proyecto que nació gracias a la unión, el trabajo y el esfuerzo de la comunidad religiosa de la capilla Nuestra Señora de Guadalupe y la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de la Municipalidad de San Antonio.

Desde su puesta en marcha, esta cruzada solidaria se ha dedicado a elaborar y entregar pancito a las personas más carenciadas del cerro Bellavista y sus alrededores.

Obra de religiosas

La hermana Verónica, religiosa de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María de la capilla Nuestra Señora de Guadalupe, contó que "hace mucho tiempo que teníamos esta panadería sin ser utilizada. A causa de la pandemia, pensamos en cómo ayudar a la comunidad y, tras varias conversaciones con el municipio, acordamos finalmente que retomara su funcionamiento".

La religiosa relató que "en un principio la municipalidad nos colaboraba con la entrega de insumos para el pan y el trabajo de un panadero y dos ayudantes. Al comienzo el pan se ofrecía mediante un aporte voluntario, sin embargo, debido al alto costo que significaba mantener esta obra, se acordó ponerle un precio. Actualmente vendemos 20 panes en mil pesos y 10 en quinientos pesos".

La hermana "Verónica" comentó que "gracias a esta iniciativa hemos podido ayudar a mucha gente, no solo hablo del sector de Bellavista, sino también de otros lugares de la ciudad. La gente de las tomas viene también a comprar su pancito y nosotros se lo entregamos con mucho gusto".

Pero en las últimas semanas la cruzada se ha visto complicada en cuanto a su financiamiento.

"Con los aportes de la municipalidad y de los voluntarios anónimos antes podíamos comprar los insumos para mantener la panadería, pero la municipalidad anunció que si bien seguirá apoyándonos a futuro, la cooperación sería mínima debido a algunos problemas. De hecho, los dos ayudantes que tenía el panadero se irán el próximo mes", anticipó.

-¿Y qué pasará con el panadero?

-Cuando nos dijeron que los dos ayudantes no seguirían, solicitamos que el panadero se mantuviera, lo que finalmente se logró. Por eso ahora estamos pidiendo aportes para que esto continúe, porque de que va a seguir, va a seguir, pero de una manera y con una administración distinta.

La hermana Verónica afirmó que "nuestra congregación y el grupo de solidaridad cristiana Laicos Ravascos, una organización unida a nosotras, vamos a seguir con la amasandería, porque no queremos que esto se pierda. Es mucha la gente que necesita de nuestra ayuda. Varias familias, niños, adultos, jóvenes y abuelitos se han beneficiado con esta obra y por ello que queremos que siga".

"necesitamos ayuda"

Rosa María Cerda, profesora e integrante del grupo Laicos Ravascos, señaló que "nosotros estamos encantados de continuar con este proyecto, pero necesitamos aportes para poder mantenerlo. Queremos que la gente se sume y nos apoye en esta amasandería. Ahora, por ejemplo, necesitamos harina, manteca, levadura y gas".

La voluntaria agradeció "de todo corazón a las personas anónimas que en el pasado nos hicieron llegar sus valiosos aportes para la fabricación del pan. También a la administración de la municipalidad anterior, de don Omar Vera, por todo el apoyo que nos otorgó en este tiempo, como también su entrega y colaboración a este proyecto".

Quienes deseen apoyar esta obra, ya sea con insumos o con alguna contribución voluntaria, pueden hacerlo contactándose a los números 352239918 y +5698758 9245, o concurriendo a la capilla Nuestra Señora de Guadalupe (calle Nueva Bruselas 1040, Bellavista).

"Vamos a seguir con la amasandería, porque no queremos que esto se pierda. Es mucha la gente que necesita de nuestra ayuda",

hermana Verónica

"Queremos que la gente se sume y nos apoye en mantener esta amasandería. Ahora, por ejemplo, necesitamos harina, manteca, levadura y gas",

Rosa María Cerda,, voluntaria