El arquitecto que encontró al gran amor de O'Higgins
Enrique Inda Goycoolea sigue con su pasión autodidacta: la historia novelada del Padre de la Patria. Esta vez narra el idilio con Rosario Puga y compara el tiempo de la Independencia con la actualidad.
Amelia Carvallo
Enrique Inda Goycoolea llegó a las librerías con el segundo tomo de "O'Higgins, una novela". Ahora continúan las andanzas del colorín Padre de la Patria desde el verano de 1814 -cuando huyó del estrepitoso Desastre de Rancagua- hasta el verano de 1818, año en que se enamoró de la chillaneja Rosario Puga.
En el primer volumen, Inda narró la infancia de O'Higgins, desde que Isabel Riquelme le "confesó su preñez" a Ambrosio O'Higgins hasta cuando el niño Bernardo huía de vergüenza por ser un 'hijo huacho'. También mostró la educación del prócer en Europa, el romance con la inglesa Charlotte Eeles y la vida con los amigos del padre que nunca lo crió. Toda su formación hasta los 35 años, escrita de manera friccionada, pero basada en literatura histórica.
Después -dice Inda- seguirá con todo lo que vivió desde 1819 hasta el día de su muerte en Perú el año 1842. Inda adelanta que ese " tercer volumen está bastante avanzado y en proceso de revisión y correcciones".
"En rigor los dos volúmenes de 'O'Higgins, una novela' no son una novela histórica, sino una biografía novelada. La ficción obedece a mi interés por desarrollar aspectos del biografiado que los historiadores omiten o estiman irrelevantes: las relaciones familiares, particularmente las afectivas, y sobre todo aquellas que supuestamente enlodan la figura del héroe. Esto me llevó a desarrollar un aspecto que para mí es fundamental en un personaje de esta envergadura: sus emociones. También incorporo algunos diálogos que son propios de la novela", explica Inda Goycoolea.
-¿Cuánto de ficción se permitió?
-En esta obra hay aproximadamente un 90% de historia y un 10% de ficción.
-¿Cuáles eran las fortalezas y las debilidades políticas de O'Higgins?
-O'Higgins fue un destacado político. Diputado en el primer Congreso de Chile, el año 1811 y posteriormente Director Supremo durante seis años, entre 1817 y 1822. Tal vez lo más destacable fue que, si bien en este cargo se le entregó todo tipo de atribuciones, propias de un dictador, supo escuchar a sus colaboradores. Esto, que para algunos sería una muestra de debilidad, fue positivo. Sin embargo, el exceso de confianza en su ministro Rodríguez Aldea lo llevó a granjearse la enemistad de muchos ciudadanos, lo que culminó con su derrota política y también militar.
-Me pareció muy novedosa la investigación que hizo en torno a José de San Martín. ¿Cómo fue adentrarse en la vida de este militar argentino?
-El rol protagónico que jugó José de San Martín en nuestra Independencia ha sido muy poco destacado en Chile, y revisando los volúmenes del Archivo que ha publicado el Instituto Sanmartiniano pude interiorizarme en el personaje, del que afortunadamente se ha publicado una buena cantidad de biografías. De inmediato me atrajo su austeridad, lealtad, honestidad, sagacidad, espíritu militar. Descubrí que la relación que mantuvo con O'Higgins fue mucho más estrecha de la que conocemos. En este segundo volumen de mi obra, San Martín es un personaje de gran relevancia.
Rosario puga
-Otro aspecto que me pareció atractivo es la relación apasionada que O'Higgins sostuvo con Rosario Puga y esa dimensión amorosa que usted dispuso en el relato. Acá la imaginación jugó un rol importante, ese lado afectivo del héroe, ¿cómo lo fue tejiendo?
-La relación apasionada de O'Higgins con Rosario Puga es la más conocida y sobre la cual se han escrito un par de libros, algunos artículos y publicado un prolífico epistolario que ella mantuvo con el hijo de ambos, de nombre Demetrio, después que muere O'Higgins. Fue Rosario el único y gran amor de O'Higgins, y basándome en la documentación existente agregué situaciones propias de la ficción, pero sin excederme demasiado. Estoy convencido que fue una relación apasionada y que fue calificada entonces de adúltera, puesto que contravenía los cánones de la época y fue cuestionada por la Iglesia de entonces.
-¿Cómo cree usted que resuena en el Chile actual el período de la Independencia?, ¿registra similitudes, las mismas pulsiones?
-No cabe duda que el proceso independentista de Chile tiene similitudes con lo que ocurre hoy. En ese entonces redactaron dos proyectos de Constitución, la de 1811 durante la dictadura de José Miguel Carrera, y la de 1822 durante la dictadura de O'Higgins. El país, que estaba regido por una monarquía se transforma en independiente, abraza las ideas republicanas y se crean nuevas instituciones, funcionales al nuevo sistema de gobierno. Todo se hizo prácticamente desde cero, pero influenciado por modelos extranjeros. Hoy se cuestiona la vigencia de las actuales instituciones y está en proceso la redacción de una nueva Constitución. Igual que en ese tiempo.
"O'Higgins, una novela" (volumen 2)
"Enrique Inda Goycoolea Ediciones B 498 páginas $17 mil
"Fue Rosario el único y gran amor de O´Higgins (...) Estoy convencido de que fue una relación apasionada".