Toma "Camino a la esperanza" cumplió dos años de lucha por un hogar digno
El 19 de octubre de 2019 cerca de 200 familias decidieron unirse con el fin de cumplir el sueño de la casa propia. Ahora son más de 500.
E l 19 de octubre de 2019, un día después del inicio del estallido social, comenzó la historia de varias familias que decidieron unirse con el fin de cumplir un sueño: tener una casa propia donde vivir dignamente. Ese mismo día se tomaron un terreno en la parte alta de la ciudad, a un costado del Camino Viejo a Cartagena, donde en estos dos años se han escritos muchas historias de esfuerzo, carencias y muchas necesidades.
En el campamento "Camino a la esperanza", como bautizaron al asentamiento, cuentan que los mismos pobladores se han convertido en ejemplo de inspiración y superación para las otras personas, ya que muchos de ellos han demostrado solidaridad y respeto para vivir en comunidad. Las ollas comunes para ayudar a los más carenciados han sido un buen ejemplo de aquello.
Patricia Avilés, una de las voceras del campamento, comenta que "en un principio esto comenzó con cerca de 200 familias de Cartagena que necesitábamos una solución habitacional, debido a las condiciones de hacinamiento que sufríamos. Posteriormente, otras personas de los alrededores fueron uniéndose a esta toma, lo que hizo que la población creciera. Hoy somos más de 500 familias".
Difícil comienzo
La pobladora recuerda que "cuando llegamos aquí, esto estaba convertido en un basural. Entre nosotros mismos nos pusimos manos a la obra, consiguiéndonos los recursos y los materiales para llevar a cabo este anhelo que teníamos de tener un hogar propio.
"Desde ahí cada uno de nosotros ha mostrado un espíritu de unidad que se ha conservado hasta ahora, ya que nos respetamos como vecinos y continuamos trabajando ante las adversidades que se nos presentan", sostiene.
Mientras recorremos las calles de tierra, Patricia afirma que "más que considerarnos una toma, nos consideramos una población familiar. Tenemos nuestra sede social, nuestra congregación solidaria, nuestros comedores sociales. Nuestro gran proyecto es dialogar con los dueños y comprar los terrenos para que podamos tener nuestra casa propia".
La vocera asegura que "este lugar fue un basural por mucho tiempo y ahora es el hogar de muchas familias que no pueden optar por una vivienda propia. Aquí hay diversas realidades y nunca le hemos cerrado la puerta a nadie. Así ha sido y así lo mantendremos, porque en este campamento no hacemos ninguna distinción. Somos gente humilde y trabajadora que lo único que queremos es poder tener un hogar digno".
Acción solidaria
Jorge Luis Valdés es integrante del ministerio evangelístico Salvados por Cristo y ha realizado diversos trabajos solidarios que han ido en ayuda de los más desamparados en el campamento "Camino a la esperanza".
"Dios me guió a este campamento el año pasado. Inmediatamente traté de ayudar a las personas que estaban en situación de calle o a algunos que habían caído en problemas de droga y alcohol. Comenzamos con un comedor abierto, el cual finalmente se concretó y no ha dejado ni un segundo de ofrecer comida a todo el que lo requiera, siendo su horario de 13.00 a 13.30 horas", indica el poblador.
Unidad
Fernanda Cornejo llegó a la toma el 27 de noviembre de 2019 junto a su pequeña hija y su pareja, y cuenta que "una de las cosas que más caracteriza a nuestra comunidad es la unidad, porque cada uno de nosotros nos apoyamos y ayudamos mutuamente".
-¿Cómo han sido estos dos años?
-Nosotros partimos con una carpa y un bracero, y hoy tenemos una casa habitable con baño, agua y luz. Todo esto ha sido gracias al trabajo unido de todos los vecinos. Estos dos años de vida significan mucho para todos nosotros, porque demuestran el compromiso que cada uno de los pobladores ha tenido por el progreso de esta comunidad.
María Benavides, otra pobladora que vive junto a su padre, aprovechó la oportunidad para hacer un reconocimiento. "En mi caso estoy muy agradecida por toda la ayuda que la comunidad nos ha brindado para poder asentarnos y vivir dignamente".
"Somos gente humilde y trabajadora que lo único que queremos es poder tener un hogar digno",
Patricia Avilés