Arabia Saudita dio un batacazo histórico y dejó a Argentina en shock
Los saudíes lo dieron vuelta en Lusail y ganaron 2-1. Messi reconoció que el camarín trasandino "estaba muerto".
Nicolás Labra G.
Por la puerta grande de la historia de los Mundiales entró ayer Arabia Saudita después de consumar el primer bombazo noticioso de la Copa del Mundo en Catar, tras vencer por 2-1 a Argentina en el Estadio Lusail en el estreno de ambos países en el Grupo C.
El desenlace, inesperado por el trámite del primer tiempo, desató los festejos saudíes tanto en la cancha como en las tribunas y en las propias calles del país asiático, con la capital Riad como el epicentro de las manifestaciones, júbilo desatado que llevó a que el rey Salman bin Abdelaziz decretara feriado nacional hoy miércoles tras el histórico triunfo.
"Se han alineado los astros hoy (ayer). Argentina sigue siendo un combinado fantástico con 36 encuentros seguidos sin perder, campeones de la Copa América con un jugador espectacular pero en el fútbol a veces pasan estas cosas inesperadas", dijo el DT Hervé Renard, que mandó al tacho de la basura el registro invicto trasandino (36 duelos), y le propinó la primera derrota en 92 años en un Mundial a la Albiceleste tras ir ganando en el entretiempo, algo que no se veía desde la final de 1930 con Uruguay.
En la cancha Argentina abrió rápido la cuenta al 9' por medio de un penal de Lionel Messi, verificado por el VAR, y sufrió la anulación de otras tres conquistas debido al riguroso chequeo del Videoarbitraje.
El más polémico fue el milimétrico offside de Lautaro Martínez, con una defensa saudí que arriesgó a dejar fuera de foco a la delantera transandina y agarró confianza en el segundo tiempo con un marcaje fuerte, rápido y sin miedo al despeje.
Ajustó la zaga y con eso la ofensiva asiática se atrevió a visitar el feudo de Emiliano Martínez y le empató con un zurdazo de Saleh Al-Shehri al 49'. Cuatro minutos después vino la locura con el golazo de Salem Al Dawsari, que en el vértice izquierdo del área se sacó a tres argentinos y clavó un derechazo que se le abrió sobre el palo izquierdo del "Dibu", quien terminó con el pobre registro de cero tapadas durante el fatídico encuentro.
Tras la caída, la primera derrota en el estreno de un Mundial para Argentina desde el 0-1 con Camerún en Italia 1990, Messi salió a dar la cara y reconoció que "el vestuario estaba muerto. Fue muy duro porque no esperábamos empezar de esta manera pero esto se saca con la unión, con la fortaleza de grupo y tenemos que estar más unidos que nunca".
El "10" cree que el equipo falló en el planteamiento, especialmente cuando se vio abajo en el marcador. "El gol tan temprano nos hizo mal, nos confundió y sabíamos que en el primer partido podíamos no jugar como lo estábamos haciendo (...) Es una derrota que duele pero tenemos que seguir confiando, que la gente confíe", pidió.
Con el mismo tono abatido el entrenador Lionel Scaloni dijo que la derrota "es difícil de asimilar porque en cinco minutos hicieron los dos goles, los únicos tiros al arco. No queda otra que levantarse y seguir, hay que ganar los dos partidos que quedan. Es un día triste pero cabeza arriba y a seguir".
Argentina juega el sábado con México. Si pierde, y Polonia vence a Arabia Saudita, la Albiceleste estará eliminada.